Plantar árboles no siempre es bueno

Artículo publicado en la Revista del Sur No. 22 sobre como los grandes intereses económicos se disfrazan de ambientalistas, y los supuestos beneficios de la forestación que resultan a la larga en impactos sociales y ecológicos negativos.

Por Ricardo Carrere

Existe una visión bastante generalizada sobre la forestación como una actividad netamente positiva. Esto se explica fundamentalmente por la creciente conciencia sobre los peligros que implica la acelerada destrucción de las selvas y bosques para la sobrevivencia del planeta. Sin embargo, el tema no es tan sencillo, en particular porque se entremezclan preocupaciones ambientales válidas con grandes intereses económicos disfrazados de ambientalistas, por lo que los supuestos beneficios de la forestación podrían resultar en impactos sociales y ecológicos de signo negativo.

Un modelo forestal al servicio de las transnacionales

A partir de las dos últimas décadas, la plantación de árboles se ha venido incrementando a escala internacional, siendo impulsada por una serie de organismos multilaterales de financiamiento, así como por organismos nacionales e internacionales de asesoramiento y apoyo. A esto se suma la intervención directa de empresas transnacionales, que están implementando proyectos forestales de gran envergadura en las más diversas regiones del mundo.

Las razones que impulsan esta actividad pueden ser muy diversas: necesidades de leña a nivel de comunidades locales, intentos por frenar procesos de desertificación, abastecimiento de materia prima para las industrias locales de la madera y el papel, etc. Sin embargo, el mayor impulso proviene de las grandes empresas transnacionales de la pulpa y el papel, que pretenden asegurarse un suministro de materia prima homogénea, abundante y barata. Para que se cumplan estas condiciones, intentan localizar estas plantaciones en aquellas regiones que reúnen las características adecuadas para lograr dicha meta: tierra y mano de obra baratas, “hambre de divisas” y condiciones ambientales que aseguren un rápido crecimiento de los árboles. La mayoría de los países del Tercer Mundo poseen todas estas características, lo que los convierte en potenciales abastecedores de esta materia prima.

No todas las plantaciones son iguales

El término forestación -y más aún el de reforestación- lleva a confusión, debido a que es empleado para definir situaciones muy disímiles. Se aplica tanto a las plantaciones monoespecíficas de especies nativas o exóticas, en sitios previamente cubiertos por bosques o no, como a la plantación de árboles nativos o exóticos en sistemas agroforestales. De aquí deriva la sorpresa de muchas personas cuando los ambientalistas apoyan determinado tipo de forestación mientras que se oponen a otros.

Para poder comenzar a entender el problema, resulta importante entonces definir más claramente los conceptos que se manejan. El término reforestación debería aplicarse exclusivamente a la operación de plantar especies locales intentando recomponer un bosque nativo degradado o desaparecido. El término forestación debería ser sustituido por el de cultivos forestales en los casos en que se trate de un monocultivo que además implique preparación del suelo, material genético seleccionado, aplicación de agroquímicos, alto grado de mecanización y producción para el mercado. Por otro lado, los sistemas agroforestales también implican la plantación de árboles, pero como un componente más del agroecosistema, cumpliendo tanto funciones directamente productivas (madera, frutos, hojas, etc.), como de apoyo a las demás producciones (reciclaje de nutrientes, abrigo, sombra, etc.). Finalmente, existen otros tipos posibles de forestación, que se diferencian de los anteriores, tales como la forestación de protección, paisajística, recreativa, etc.

Lo primero entonces es no confundir. Lo que ha despertado y despierta mayor preocupación, tanto entre los ambientalistas como entre numerosas comunidades locales, no es la plantación de árboles en sí, sino los cultivos forestales, es decir las grandes plantaciones monoespecíficas, mayoritariamente compuestas por especies de los géneros Eucalyptus y Pinus, que están siendo promocionadas e implementadas en amplias zonas del mundo.

Los impactos ambientales de los cultivos forestales

El modelo de los cultivos forestales industriales está generando una serie de impactos negativos en lo ambiental y en lo social.

En lo estrictamente ambiental, se señalan los posibles impactos adversos de estas grandes plantaciones sobre las cuencas hídricas, dados los enormes volúmenes de agua que consumen las especies de rápido crecimiento. Por otro lado, también se advierte sobre las posibles modificaciones, quizá irreversibles, de los suelos bajo plantaciones de especies exóticas, que podrían desembocar en procesos de desertificación. Además, estas grandes plantaciones también modifican sustancialmente la fauna y flora nativas, con posibles impactos en cadena sobre los diferentes ambientes involucrados.

A todo lo anterior se sumarían los procesos de contaminación derivados de la transformación de grandes volúmenes de maderas en pulpa de papel o en productos de madera. Es muy probable que, una vez que las nuevas plantaciones entren en producción, estas industrias se localicen en nuestros países, dada la creciente tendencia hacia la relocalización de industrias contaminantes desde los países industrializados hacia el Tercer Mundo, en los que las exigencias en materia de control ambiental son mucho menores.

Resistencia a nivel local

Desde el punto de vista social, los extensos cultivos industriales forestales han despertado grandes resistencias a nivel local en algunos países. En muchos casos, ésto se ha originado en la preexistencia de conflictos sobre la tenencia de la tierra, donde las plantaciones forestales han privado a los pobladores locales de las tierras necesarias para su subsistencia. A ello se agregan los problemas generados por las plantaciones a raiz de la competencia de los árboles con los cultivos agrícolas, así como por la aparición de plagas que se refugian en las masas forestales. Al mismo tiempo, estas plantaciones provocan una serie de cambios en la estructura social de las comunidades afectadas e incluso sobre su cultura. En algunos países, la conjunción de estos elementos ha desembocado en conflictos, donde los campesinos han atacado viveros forestales y erradicado o incendiado las plantaciones, con la consiguiente represión por parte de los poderes del Estado.

¿El modelo neoliberal no se aplica en este caso?

Finalmente, cabe plantear en este breve resumen de problemas generados por las plantaciones forestales, la interrogante acerca de la conveniencia económica de los cultivos forestales para los países del Tercer Mundo. Pese al contrasentido que implica, en un mundo actualmente dominado por la ideología neoliberal, las plantaciones forestales están siendo subsidiadas (con apoyo de una serie de organismos entre los que destaca el Banco Mundial), en una gran cantidad de países. La pregunta es ¿por qué?

Si la inversion forestal fuera un gran negocio, estos subsidios no serían necesarios. Lo que sucede es que los países industrializados necesitan asegurarse el abastecimiento de esta materia prima y que el precio de ésta sea lo mas bajo posible. Los subsidios, unidos a los créditos y el apoyo, convierten esta inversión en rentable a los actuales niveles de precios. Sin embargo, la entrada en producción de las grandes masas de árboles que se están implantando en todo el mundo, hacen prever una caída generalizada de precios en el mediano plazo y ese sería uno de los objetivos centrales de esta estrategia impulsada desde el Norte. Es más, ya se prevé que ésto va a suceder, en el período 1995-2000, con la madera de eucalipto en la zona del Pacífico, tal como lo señala un estudio de una firma de consultores norteamericanos (Jay Gruenfeld Ass.Inc.) realizado en mayo de 1992. Al tratarse de un cultivo de exportación, los mercados internos no podrían absorber la oferta forestal, por lo que la única salida sería exportar al precio que fuese, para beneplácito de los países importadores.

Una red internacional surgida en Río

En ocasion de la ECO 92, una serie de organizaciones no gubernamentales (1)se reunieron para discutir este tema y resolvieron crear una red internacional para intercambiar información e implementar acciones conjuntas en torno a la temática. A la preocupación inicial sobre los efectos de las plantaciones monoespecíficas de árboles, se sumaron los temas de la contaminación derivada de los procesos industriales de la fabricación del papel, así como el tema del consumo desmedido de papeles, que lleva a un aumento constante de la demanda de materia prima con dicho destino.

Las distintas organizaciones comenzaron a trabajar en este sentido y en mayo de este año se realizó en Manila el Taller del Sudeste Asiático sobre Plantaciones Forestales. A las organizaciones locales (Filipinas, Indonesia, Tailandia, Malasia y Japón), se sumaron representantes de IBASE (Brasil) Instituto del Tercer Mundo (Uruguay) y de la publicación The Ecologist.

En la reunión, los participantes expusieron los problemas que se estaban generando a nivel local a resultas de los grandes proyectos forestales y el papel que estaban cumpliendo, por un lado, los gobiernos, empresarios locales, corporaciones internacionales, agencias multilaterales, agencias de cooperación y consultoras internacionales y por otro lado, las organizaciones no gubernamentales y organizaciones de base de las comunidades locales.

Si bien se constató la existencia de especificidades propias de cada país, también se detectaron una serie muy importante de elementos comunes que prueban la globalización del tema de las plantaciones forestales a escala mundial y en particular del Tercer Mundo.

En base a lo anterior, se robusteció la convicción acerca de la necesidad de fortalecer la red creada en Rio de Janeiro y se decidió iniciar una serie de acciones coordinadas, apuntando a generar una corriente de opinión que impulse modelos forestales adaptados a las necesidades locales, surgidos de las propias comunidades y ambientalmente sustentables. En línea con lo anterior, la red realizará simultáneamente campañas contra los cultivos industriales monoespecíficos en todos aquellos casos en que se consideren incompatibles con el mejoramiento de la calidad de vida de las poblaciones locales y con los intereses de largo plazo de nuestros países.

(1) Project for Ecological Recovery (Tailandia), Instituto del Tercer Mundo (Uruguay), Sustainable Agriculture Forum (Laos), Greenpeace International (Holanda), Indonesian Forum for Environment (Indonesia), Legal Rights Center (Filipinas), Associacao Gaucha de Protecao ao Ambiente Natural (Brasil), Instituto Brasileiro de Analises Sociais e Economicas (Brasil), Pacific-Asia Resource Center (Japón), CEPEDES, (Brasil), ACAPEMA (Brasil), Japan International Volunteer Center (Japón), Japan Tropical Forest Action Network (Japón), CDDH (Brasil) y European Rainforest Movement (Holanda).

Artículo publicado en la Revista del Sur No.22, junio-julio 1993

About Grupo Guayubira

El grupo "Guayubira", fue creado en mayo de 1997, para nuclear a personas y organizaciones preocupadas por la conservación del monte indígena y por los impactos socioeconómicos y ambientales del actual modelo de desarrollo forestal impulsado desde el gobierno. El grupo aspira a tener incidencia a nivel nacional y local para implementar medidas que ayuden a la conservación del monte indígena y a modificar el actual modelo insustentable de desarrollo forestal basado en los monocultivos de árboles a gran escala.
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