Nada tenemos contra el eucalipto ni el pino, que son árboles útiles. Sin embargo, la irresponsable promoción de la plantación de cientos de miles de hectáreas de este tipo de árboles constituye una amenaza para la sustentabilidad de nuestros ecosistemas.
Uruguay es un país de praderas fértiles y onduladas, que están desapareciendo bajo inmensas plantaciones de cultivos forestales para exportación.
Los pequeños y medianos productores agropecuarios, en particular en las zonas declaradas por el estado como de prioridad forestal, están siendo expulsados por estos cultivos.
Las aguadas, indispensables para la explotación agropecuaria, se encuentran en peligro por el elevado consumo de agua de estas plantaciones y en caso de futuras sequías la situación se podría volver insostenible para muchos productores agropecuarios, así como para el abastecimiento de agua de los centros poblados.
Nuestra flora y fauna nativas también se están viendo afectadas y el desequilibrio que se está produciendo tambien redunda en perjuicios para los productores agropecuarios y para el mantenimiento de nuestra biodiversidad.
Nuestros suelos están siendo ocupados por inmensas plantaciones, cuyos impactos para la fertilidad futura de los mismos puede ser irreversible.
En el Día de la Tierra el Grupo Guayubira, exigimos que el estado suspenda la promoción de los cultivos forestales a gran escala (que realiza mediante subsidios, exoneraciones impositivas y créditos blandos) y que vuelque esos mismos recursos hacia otras actividades de menor impacto sobre nuestros recursos naturales y de mayor impacto sobre las posibilidades de vida y trabajo de nuestra población rural.