Crece la preocupación a nivel de la sociedad uruguaya en torno al incremento explosivo de la forestación a gran escala con eucaliptos y pinos concentrada en varias zonas del país. Este incremento es resultado directo de la política de promoción llevada a cabo por el gobierno, que vuelca ingentes recursos al desarrollo de estas plantaciones, sin tomar en cuenta sus costos ambientales y sociales. El Grupo Guayubira surge en gran medida como resultado de esa preocupación e intenta alertar a la población en general y a los responsables de la toma de decisiones sobre dichos impactos.
El modelo forestal implementado en Uruguay es idéntico al que se está desarrollando en decenas de países del Tercer Mundo y apunta a abastecer con materia prima barata y abundante a los grandes centros consumidores del Norte. No sólo no constituye una solución a los graves problemas de seguridad alimentaria, desempleo y pérdida de calidad de vida de nuestros pueblos, sino que pone en cuestión la sustentabilidad en amplias áreas del país.
Pese a que toda la política de desarrollo forestal en curso se basa en la definición de “suelos de prioridad forestal”, aún no existe ningún estudio oficial sobre los impactos de este tipo de plantaciones sobre los suelos, a pesar de que la experiencia internacional y los escasos estudios llevados a cabo en Uruguay a impulsos de las ONGs aportan elementos suficientes como para generar una grave preocupación al respecto.
Pese a las advertencias sobre los impactos sobre el agua, a la experiencia ya existente al respecto en numerosos países con plantaciones similares y a las denuncias que se producen en áreas concretas del Uruguay, el gobierno continúa cerrando los ojos a este tema. Diez años después de haberse aprobado la ley forestal, aún no se ha encarado ningún estudio sobre este tipo de impactos.
Pese a los impactos que los cultivos forestales industriales a gran escala tienen sobre la flora y fauna locales, aún se sigue restando importancia a este tema desde esferas oficiales y continúa sin encararse su estudio.
A nivel social, este modelo de desarrollo forestal está implicando profundos cambios en materia de tenencia de tierras, con el resultado de la desaparición de numerosos productores y la latifundización y extranjerización de amplias áreas de nuestro territorio. El único beneficio hasta ahora ha sido la generación de algunos empleos a nivel local. Sin embargo, este beneficio resulta muy relativo, ya que se trata de empleos generalmente informales, zafrales, mal pagos y caracterizados por pésimas condiciones en materia de alimentación, alojamiento y seguridad.
Por otra parte la posibilidad de instalación de plantas de celulosa en nuestro territorio agrega un elemento más de preocupación, teniendo en cuenta la peligrosidad del impacto ambiental que esta actividad genera, desgraciadamente muy conocida y resistida en otras partes del mundo.
Se trata en síntesis de un modelo forestal que no asegura la sustentabilidad ambiental y que no constituye una solución para los graves problemas que afectan a nuestra gente. Por lo tanto, el Grupo Guayubira demanda una revisión total y profunda de la política forestal vigente, conjuntamente con la búsqueda de producciones alternativas sustentables y generadoras de mayores y mejores niveles de empleo en el agro.
