Por Jeremy Bígwood, Asesor Técnico *
Entre los reportes de daños ocasionados por las fumigaciones en Colombia existen informes sobre la muerte de peces y otra vida acuática, así como daños a cultivos lícitos, bosques vírgenes y fauna, incluso, aunque todavía no probado, daño a la salud humana.
Antecedentes.
El Gobierno del Ecuador ha solicitado al gobierno de Colombia implementar una franja de seguridad de al menos 10 kilómetros al lado de la frontera dentro del territorio colombiano para proteger a Ecuador de posibles daños ecológicos que pudieran resultar de las fumigaciones (aspersiones químicas) del programa de erradicación que actualmente está siendo conducido por los gobiernos de Colombia y los Estados Unidos para erradicar cultivos ilícitos. La solicitud del Gobierno ecuatoriano se basó en un Principio de Precaución, frente a la falta de pruebas científicas que garantizaran que no habría efectos negativos a la población y al medio ambiente del territorio ecuatoriano, por el uso masivo vía aérea de las formulaciones químicas empleadas para tal fines. Además las preocupaciones de Ecuador aumentaron después de que una serie de artículos fueron publicados en la prensa acerca de denuncias individuales y comunidades de ciudadanos de la zona fronteriza (e incluyendo una demanda en una Corte Federal de los Estados Unidos) que afirmaban que aviación de la República de Colombia y de los Estados Unidos habían fumigado en territorio ecuatoriano o en lugares muy cercanos, lo cual estaba generando posibles efectos nocivos a la salud humana, producción agropecuaria y al ecosistema.
Entre los reportes de daños ocasionados por las fumigaciones en Colombia existen informes sobre la muerte de peces y otra vida acuática, así como daños a cultivos lícitos, bosques vírgenes y fauna, incluso, aunque todavía no probado, daño a la salud humana. Dado el hecho de que muchos ríos pasan desde Colombia a Ecuador, y que existen reportes de fumigaciones encima de cuerpos de agua en Colombia, el Gobierno ecuatoriano mantiene su preocupación sobre los posibles efectos nocivos que podrían generarse en el medio ambiente y la población ecuatorianos.
Miembros del Gobierno ecuatoriano también están alarmados sobre el hecho de que antes de iniciar las fumigaciones, ni el Gobierno de Colombia ni el Gobierno de los Estados Unidos (el cual suministra los equipos y tiene un rol muy activo en estas operaciones) han hecho investigaciones sobre los efectos ambientales de las varias formulaciones que han estado utilizando sobre los diversos ecosistemas de Colombia. Tal uso masivo de unas formulaciones de herbicidas no investigadas y la continua substitución de una formulación por otra no estaría permitido en los Estados Unidos ni en la mayoría de los países del mundo. Como resultado de esta utilización masiva de una formulación no estudiada y la falta de investigación, Ecuador podría estar enfrentando un peligro de proporciones no conocidas.
Aunque no ha habido ningún estudio sobre las formulaciones actuales que están utilizando en los ecosistemas y biota compartidos por el sur de Colombia y la región norteña fronteriza de Ecuador, existe una amplia gama de investigaciones en la literatura científica con respecto a la toxicidad de ALGUNOS de los compuestos presentes en las formulaciones que los gobiernos de Colombia y los Estados Unidos nos afirman que están utilizando. Esta literatura puede estar dividida en tres secciones: 1) los efectos sobre biotas acuáticas como ríos; 2) efectos sobre suelos; y 3) efectos sobre insectos. En este informe nosotros no vamos a considerar los posibles efectos nocivos en los seres humanos, puesto que Ecuador espera que los gobiernos de Colombia y los Estados Unidos se van a abstener de fumigar dentro del territorio ecuatoriano y zonas aledañas a la frontera.
Se debe recalcar que no existen investigaciones científicas en Colombia con respecto a las formulaciones que han utilizado en el pasado ni a las formulaciones que emplean actualmente. Además sabemos que hay una intención de cambiar dentro de unos meses la formulación de ahora y utilizar otra que tampoco ha sido investigada. Dada esta situación, sólo podemos analizar los efectos de ALGUNOS de los ingredientes de las formulaciones usadas hoy en día. También, debemos destacar que, con la excepción de unos pocos estudios, como uno de Nigeria,128 la mayoría de las investigaciones han sido producidas en zonas templadas como las del norte de Europa, Canadá, y Los Estados Unidos. Aún así, estos estudios muestran que algunos de los ingredientes de las formulaciones que están siendo actualmente asperjadas en Colombia pueden causar efectos nocivos significativos en la vida acuática, incluyendo peces, anfibios, en el contenido de los suelos, y en los insectos. Hasta que se hayan realizado investigaciones imparciales por actores neutrales sobre las formulaciones actuales (y las del pasado, así como las que han sido propuestas para el futuro), sólo podemos concluir que las fumigaciones representan una amenaza clara y presente para al medio ambiente ecuatoriano.
Efectos en sistemas acuáticos.
Mientras la persistencia de glifosato en agua es menor que su persistencia en suelos, éste ha sido extraído de suelos desde 12 hasta 60 días después de su aplicación. Pero formulaciones como “Roundup” que contiene glifosato y -que también contienen un surfactante – son más peligrosos que glifosato en sí en sistemas acuáticos y su persistencia aún no está bien estudiada. Los efectos de Roundup (glifosato y surfactante) en biotas acuáticas son tan serios que la misma Monsanto – la compañía que produce Roundup – prohíbe el uso cerca o encima de cuerpos de agua. En Colombia han registrado incidentes en proyectos de piscicultura en lagos y estanques, los cuales se desarrollan con el apoyo de la GTZ y que fueran completamente destruidos por las fumigaciones con formulaciones de glifosato. La toxicidad de estas formulaciones de glifosato en ríos no está solamente limitada a peces, sino a anfibios, insectos, invertebrados (incluyendo crustáceos) y sin duda otras especies encontradas en ríos y otros cuerpos de agua. Precisamente cabe recalcar que uno de los problemas más serios de las formulaciones de glifosato utilizadas en Colombia es que algunos de los ingredientes son por sí mismos más tóxicos para la vida acuática que el mismo glifosato. Además, en la combinación que se utiliza en las fumigaciones, la suma de éstos tienen un efecto aditivo de toxicidad. Aquí debemos citar el sumario de Abdelghani et.al:
“La toxicidad aguda de tres herbicidas como simples y mezclas (2,4-D, Garlon- 3A, y Roundup) y un aditivo químico (el surfactante Syndets) fue evaluada utilizando tres especies de organismos acuáticos de agua dulce (“channel” siluro [bagre], Ojón “bluegill”, y jaiba de río [cangrejo]). Entre los tres herbicidas, Roundup fue más tóxico a siluros (bagres) y Ojón “bluegill” que Garlon-3A y 2,4-D. El orden de toxicidad en peces (Roundup Garlon-3A 2,4-D) fue invertido en los bioensayos con jaibas de río (cangrejo), respectivamente. Para el surfactante “Syndets,” las CL50 valores de 1.9 mg/L (“bluegill” Ojón), 2.3mg/L (siluro [bagre]), and 15.2 mg/L (jaiba de río [cangrejo]) fueron notados, indicando que este aditivo químico fue mucho más tóxico que los tres herbicidas…”
Distintas especies de peces tienen distintos grados de vulnerabilidad a glifosato (y por supuesto, los otros aditivos), además que la cantidad de minerales disueltos en el agua y la temperatura del agua también juegan un rol importante en la regulación de su toxicidad.
En investigaciones conducidas en Australia, la formulación Roundup ha demostrado una seria toxicidad en anfibios. En un estudio comisionado en 1995 por el Western Australian Department of Environmental Protection (DEP) y dirigido por el Dr. Joseph Bidwell del Curtin Exotoxicology Program concluyó que Roundup 360 (otra formulación de Roundup que contiene glifosato y surfactantes) puede ser agudamente tóxico a ranas adultas y renacuajos en las tasas de aplicación recomendadas (1.8 to 5.4kg/ha). Roundup 360 fue más tóxico a ranas y renacuajos que el grado técnico de glifosato solo. Fue asumido que el surfactante de Roundup, y no glifosato en sí, hubo causado el incremento en toxicidad. Hay que notar que es precisamente el mismo surfactante (POEA) que se encuentra en el Roundup utilizado en Colombia.
Incluimos la información sobre el surfactante Syndets porque en el caso de la fumigación en Colombia, como ya se dijo han habido muchos cambios en las formulaciones utilizadas, incluyendo cambios en los surfactantes. Actualmente, se afirma que se están utilizando uno o dos surfactantes adicionales agregados al Roundup (que ya contiene un surfactante). Uno de estos se llama Cosmoflux IND. Desconocemos exactamente cuál es la naturaleza química de Cosmoflux, pero esperamos que no sea el mismo ingrediente que se encuentra en Syndets.
La toxicidad de formulaciones de glifosato a biotas acuáticas está muy bien establecida, y éste es el tema más importante para Ecuador pues muchos ríos de origen colombiano fluyen al sur, entrando en territorio ecuatoriano. En la ausencia de investigación científica sobre, entre otras cosas, las concentraciones y los efectos de las formulaciones de glifosato en tanta variedad de ecosistemas, la República del Ecuador debe continuar su cauteloso y moderado enfoque y seguir solicitando una franja de seguridad de 10 kilómetros dentro de la República de Colombia.
Efectos en los suelos.
Los suelos están formados por miles de microbios y organismos invertebrados con formas de vida animal más complejas. Raíces de plantas y árboles, semillas y varios hongos son una gran parte de estos microhábitats. “Los microorganismos de los suelos juegan un extenso e importante papel en la descomposición de materia orgánica y la producción de humus, el reciclaje de nutrientes y energía y la fijación elemental, metabolismo de los suelos y la producción de compuestos que causan la formación de agregados. Muchos microorganismos están en relaciones simbióticas con plantas y animales, sirviéndoles como fijadores de nitrógeno en el primer caso y microbios del los intestinos en el segundo. Ellos funcionan como una parte substancial de la cadena alimenticia.
Entre los microorganismos que se encuentra en el suelo tenemos bacterias, actinomicetes, hongos, micro-algas, protozoos, nemátodos, y otros invertebrados (más que todo artrópodos).”
Aunque el glifosato como químico por sí solo efectivamente haya sido investigado, los efectos de los surfactantes y otros aditivos utilizados en las formulaciones de aspersión aparentemente no han sido investigados en suelos, ni tampoco los efectos de formulaciones bien conocidas como “Roundup”. El glifosato ha sido fabricado para ser aplicado directamente a las hojas de las plantas, pero “aunque el glifosato no está directamente aplicado a los suelos, una concentración significativa del compuesto puede llegar al suelo durante una aplicación.” Los estudios de efectos de glifosato en suelos pueden ser divididos en cuatro categorías: 1) nemátodos (lombrices de todo tamaño); 2) el aumento de hongos patogénicos; 3) la interferencia con las relaciones micorrizales entre los hongos, nutrientes y plantas; y, 4) los efectos en los microbios.
El glifosato tiene efectos negativos en nemátodos y otras lombrices e invertebrados. Una investigación en Nueva Zelandia mostró que el glifosato tenía efectos significativos en el crecimiento y sobrevivencia de lombrices comunes del suelo.
El glifosato aumenta el crecimiento de hongos patogénicos según muchas investigaciones publicadas en la literatura científica. Como resultado, éstos hongos predominan en una área para liberar sus propias toxinas (micotoxinas), que son tóxicas para muchas de las otras formas de vida cercanas, incluso mamíferos. O sea, en este caso, estamos hablando de un efecto secundario de toxicidad. Uno de los géneros que tiende a aumentarse en presencia de glifosato es el género Fusarium, el cual hasta septiembre 2002, iba a ser utilizado por el gobierno de los Estados Unidos como un bioherbicida (micoherbicida) en Colombia con el fin de erradicar la coca, pero esta propuesta fue rechazada por el Comité Andino de Autoridades Ambientales (CAAAM) y el presidente Clinton. Especies del género Fusarium han sido responsables en todo el mundo por daños serios a muchos cultivos, suelos envenenados, defectos de nacimientos en seres humanos, y en un caso documentado, la muerte de miles de personas causadas por sus micotoxinas cuando éstas comieron cereales contaminados durante los últimos años de la Segunda Guerra Mundial.
La interferencia de glifosato en las relaciones micorrizales entre hongos, nutrientes y plantas fue publicado recientemente en 1998. La relación micorrizal es una asociación simbiótica entre el micelio (el cuerpo celular) de un hongo, especialmente un basidiomicete (champiñón) con las raíces de algunas plantas y árboles donde el micelio del hongo forma una estrecha cobertura tejida envolviendo las raicillas o hasta penetrando las células de las raíces. Esta relación provee un intercambio de nutrientes y agua que beneficia tanto a la planta como al hongo. En una investigación hecha por un equipo canadiense dirigido por el científico M.T. Wan, el efecto nocivo de glifosato fue casi tan tóxico en el hongo simbiótico Glomus intraradices en raíces de zanahoria, como el reconocido pero ya prohibido fungicida tóxico benomyl (lo cual fue el tema de una demanda exitosa de una compañía ecuatoriana en contra de la multinacional Dupont). Dado que muchas plantas no pueden crecer sin esta relación micorrizal, este es un efecto posible de las fumigaciones con glifosato que debemos considerar.
El glifosato también tiene efectos sobre los microbios de los suelos. Wan et al., trabajando en Texas A & M University reportaron que “la evolución de CO2 incrementó cuando se incrementaba la tasa de glifosato… El glifosato estimuló de una manera significativa la actividad microbial medida por la mineralización de Carbono y Nitrógeno.” También se ha mostrado que el glifosato puede reducir la habilidad de ciertas bacterias para fijar nitrógeno.
Para resumir, existe bastante documentación sobre los claros efectos nocivos de glifosato en la biota y ecología de los suelos que viene de estudios ya conocidos en otras partes del mundo, y es probable que más efectos negativos van a ser presentados mientras que el tema siga siendo estudiado.
Efectos sobre insectos benéficos.
Una de las quejas que se presentaron con respeto al programa de fumigación con Roundup (más surfactantes), que el gobierno de los Estados Unidos llevó a cabo para eliminar cultivos de amapola en Guatemala, fue que se había destruido la apicultura en las zonas cercanas a las aspersiones. “Aunque el programa de fumigación tuvo un efecto mínimo en los cultivos de amapola, según los campesinos locales, se destruyó la base tradicional de la producción en la región, en particular tomates y abejas.” Como resultado de las presiones de ambientalistas y otros este Programa de Fumigación fue suspendido y ahora el cultivo de amapola en Guatemala está controlado gracias a la erradicación manual. Investigaciones realizadas por la International Organization for Biological Control coinciden con los efectos reportados en Guatemala sobre las abejas; también muestran que existen efectos sobre otros insectos benéficos.
Según estos estudios, se demostró que la exposición de los insectos a una formulación comercial de Roundup (glifosato más surfactantes), provocó tasas de mortalidad mayores al 50% en insectos benéficos, incluyendo avispas parasitoides, crisopos, y mariquitas. El nivel de mortalidad fue aún más alto para un tipo de escarabajo depredador.
Monitoreo y análisis químico.
Mientras que existen varias metodologías para la recolección y análisis de ALGUNOS de los componentes de las formulaciones que están siendo asperjadas en Colombia, en agua dulce o suelos, sin embargo todas requieren equipos científicos relativamente avanzados en combinación con personal bien entrenado. Además, esto requeriría un sistema con estaciones de monitoreo a lo largo de la zona fronteriza ecuatoriana, especialmente en los ríos que tienen sus orígenes en Colombia. Para desarrollar un sistema de esta naturaleza se necesitaría contar con bastantes fondos, y bajo las condiciones actuales esta parece ser una propuesta poco viable. Pero, en el caso ideal que se logre conseguir el apoyo financiero para un monitoreo, aparte de todo lo que implica hacer los análisis de aguas y suelos, sería preciso que los siguientes “organismos indicadores” sean monitoreados:
Organismos indicadores
Plantas acuáticas, tales como algas verdes
Invertebrados acuáticos, tales como chinches de agua
Peces, tales como Tilapia o siluro
Anfibios, tales como ranas
Bacterias de suelos, fijadoras de nitrógeno
Invertebrados del suelo, tales como las lombrices
Plantas terrestres
Aves
Mamíferos
Sumario.
Basándose en los estudios antes referenciados, es muy probable que por lo menos algunos de los ingredientes de las formulaciones utilizadas en Colombia causen efectos nocivos en las biotas acuáticas, incluyendo peces, anfibios e insectos, así como en el contenido y función de los suelos. Dado que la ciencia todavía no ha podido catalogar la mayoría de las especies ni aún en un pequeño porcentaje de los ecosistemas colombianos o ecuatorianos, la fumigación fácilmente puede eliminar toda una nueva especie sin darnos cuenta siquiera de que han existido. Este hecho demuestra claramente que puede amenazar la futura explotación del Ecuador de su propio patrimonio, en biota y biodiversidad.
Hasta que haya pruebas contundentes basadas en investigaciones científicas imparciales por actores neutrales que demuestren sin duda alguna que las aspersiones aéreas masivas usadas actualmente son inocuas para nuestros ecosistemas compartidos – una proposición no tan probable, -de acuerdo a las investigaciones consultadas- sólo podemos concluir que existe una posibilidad real de efectos nocivos de las fumigaciones en el medio ambiente ecuatoriano.
Expuesta ésta situación, por lo tanto, Ecuador debe protegerse con una franja de seguridad de al menos diez kilómetros para garantizar a sus ciudadanos que los posibles efectos negativos generados como resultado de los herbicidas químicos asperjados masivamente vía aérea se disipen dentro territorio colombiano.