Por Carlos Amorín
Condenan a promotora de celulosa en Fray Bentos
La Empresa Nacional de Celulosa (Ence) de España, en Uruguay promotora del megaproyecto industrial de M’Bopicuá, que incluye una fábrica de celulosa en las proximidades de Fray Bentos, fue condenada el martes 5 en su país por haber contaminado durante 15 años en Galicia con la misma actividad que pretende desarrollar acá.
El proceso judicial iniciado a principios de los noventa y que acusaba a Ence de haber contaminado a los habitantes, la ciudad, la ría de Pontevedra y sus aledaños con emanaciones hídricas y atmosféricas prohibidas en la legislación hispana, culminó esta semana. Seis ejecutivos de Ence, en la actualidad jubilados, fueron condenados a cinco meses de arresto mayor y a pagar una multa de más de 30 mil euros cada uno por haber violado las leyes ambientales al verter sustancias químicas que provocaron contaminación humana y ambiental.
El origen del juicio fue una denuncia vecinal por daños provocados en la planta física de viviendas aledañas, producidos por emanaciones atmosféricas con alto tenor en azufre. A partir de allí se profundizó la investigación, que duró más de 12 años, período durante el cual la empresa negó sistemáticamente ser responsable de la contaminación o de utilizar procedimientos no admitidos por la legislación ambiental. El fiscal Jaime Gago, que instruyó la causa durante ese tiempo, admitió que se hubiese demorado mucho menos “si la administración hubiese actuado con más celeridad a la hora de facilitar los informes y estudios requeridos por la fiscalía y el juzgado de instrucción”.*
El grupo Ence ha sido recientemente adquirido por el Banco Zaragozano, Bankinter y, sobre todo, por la Caixa Galicia, que asumieron la mayor parte del paquete accionario. Bankinter, estrechamente vinculado al poder franquista y al Opus Dei, está involucrado, entre otros affaires, a una de las más importantes estafas efectuadas en España y que estuvo protagonizada por la financiera Gescartera, administradora de los bienes de la clase alta católica hispana. Cuando una comisión oficial intentaba probar la estafa, Bankinter certificó que tenía en depósito fondos de Gescartera, dinero que, en realidad, no existía en sus arcas. Por su parte, la Caixa de Galicia está administrada por “la tribu” de Manuel Fraga, gobernador de la provincia, cuyo pasado franquista aún permanece en la memoria de quienes no cultivan el olvido. La influencia de Fraga en el gobierno nacional proviene de su condición de fundador del Partido Popular y mentor del actual presidente José María Aznar. Fraga maneja una fuerte red de dinero y poder, y mantiene estrechos vínculos personales con políticos e industriales en Uruguay (Jorge Batlle, Julio María Sanguinetti, Luis Alberto Lacalle, entre otros) y América Latina. Su mano no habría estado ajena a la ubicación del proyecto M’Bopicuá en Río Negro. El actual presidente de Ence, José Luis Méndez, acumula además los cargos de director general de Caixa Galicia y vicepresidente de Unión Fenosa.
Así se entienden mejor los remoloneos de las instituciones provinciales de Galicia a la hora de producir información que serviría para probar los delitos de una empresa que, finalmente, participa activamente en el sostén de la derecha gallega en el gobierno desde hace 20 años.
¡Por fin, nos descubrieron! El proyecto uruguayo comenzó a concretarse en 1997, cuando la sociedad Las Pléyades, filial del grupo Ence, compró las 1.800 hectáreas de la estancia M’Bopicuá. En 2001 se conformó Celulosas de M’Bopicuá “con el objetivo de promover la construcción de una planta de celulosa tipo ecf en las cercanías de la terminal logística del mismo nombre”, según explica la empresa. En realidad se trata del segundo desembarco, pues el primero lo protagonizó Eufores en 1988 desarrollando un plan forestal ambicioso de cerca de 50 mil hectáreas. A eso se agrega una terminal logística en M’Bopicuá, una planta de astillado en Montevideo y un aserradero en Young. Según recientes declaraciones de Méndez,** Ence prevé invertir 840 millones de euros en los próximos años, 500 millones de los cuales en Uruguay. Este país ocupa un lugar central, entonces, en su estrategia productiva. Establecido este hecho conviene saber que el procedimiento técnico llamado ecf (Elemental Chlorine Free: “Libre de Cloro Elemental”), que la empresa espera usar en Uruguay, es extremadamente contaminante. Como suele suceder, cuando las industrias, o sus técnicos de alquiler, le ponen nombre a las cosas, lo hacen pensando en sus intereses antes que en la correcta definición de la realidad. El ecf es un proceso mediante el cual la celulosa es blanqueada supuestamente sin cloro “elemental”, pero en el que se siguen usando componentes clorados. El termino es deliberadamente engañoso ya que es posible encontrar cloro elemental en la molienda del dióxido de cloro utilizado en este procedimiento. La toxicidad se reduce con relación a otros procesos usados antiguamente, pero no se elimina. Los efectos de la contaminación con compuestos clorados están ampliamente estudiados, y se sabe que su liberación masiva en el ambiente constituye una de las tragedias ambientales más importantes para el futuro de la humanidad, ya que se trata de sustancias muy cancerígenas, no biodegradables, que se acumulan en los tejidos grasos animales (ser humano incluido), y persistentes en el ambiente.
Según el libro Nuestro futuro robado (véase BRECHA, 11-II-2000), no queda ningún rincón del planeta libre de estos químicos persistentes generados, entre otros, pero principalmente por la industria de celulosa que utiliza el cloro y sus derivados para blanquear la pasta básica a partir de la cual se fabrica el papel. Aunque en su estudio de impacto ambiental presentado en Uruguay Ence hace aparecer como casi inocua su actividad, un informe de Greenpeace*** elaborado en 1993 a partir del análisis de la ría de Pontevedra estableció que la empresa Elnosa y su vecina Ence, en esa región de España, conforman un solo grupo. La primera produce el cloro que la segunda utiliza para el blanqueo de la pasta de papel. Las dos fábricas comparten canalizaciones para verter efluentes a la ría.
De acuerdo al informe, “En 1989 Ence arrojó a la ría de Pontevedra 6.750 toneladas de organoclorados. En 1993, y en el supuesto de que el plan de mejora hubiera concluido -algo actualmente muy alejado de la realidad-, Ence verterá 6.900 toneladas de organoclorados a la ría.
Elnosa, por su parte, produce cloro por un método electrolítico en celdas que emplean mercurio como cátodo. El plan de mejora ambiental no incluye ninguna medida para Elnosa, que seguirá vertiendo más de 300 quilos de mercurio cada año a la ría de Pontevedra”.
“Ence -agrega el documento- produce celulosa por el proceso químico kraft a partir del pino y el eucalipto. Los compuestos organoclorados son la parte más peligrosa de sus vertidos. Los organoclorados aparecen en los vertidos de las papeleras como consecuencia de la utilización de compuestos clorados en la secuencia de blanqueo de la pasta de papel. Son compuestos muy tóxicos y ajenos a la naturaleza, no existe ningún tratamiento capaz de eliminarlos. La única solución es abandonar totalmente el blanqueo de la pasta de papel con compuestos clorados.” Algo que la Ence no está dispuesta a hacer, por lo menos en Uruguay.
¿Cloro? No, gracias. El proyecto de implantación del grupo Ence en las cercanías de Fray Bentos generó la oposición de organizaciones sociales locales. Entre las más activas se encuentra el Movimiento por la Vida, el Trabajo y un Desarrollo Sustentable (Movitdes), algunos de cuyos integrantes explicaron sus preocupaciones en la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Senadores, donde fueron recibidos hace casi un año. Allí se manifestaron dudas acerca de si esta empresa no está exportando fuera de Europa procedimientos contaminantes que allá no son más admitidos y cuya corrección encarecería el producto final haciéndolo menos competitivo. Se remarcó que el proyectado emplazamiento de la planta está ocho quilómetros aguas arriba de la toma de ose que abastece a Fray Bentos, y que el emprendimiento desnaturaliza completamente el trabajo que están desarrollando tanto diversas fuerzas sociales como la propia Intendencia, por ejemplo con el desarrollo del turismo en la región, efecto que también padeció la zona de Pontevedra. El técnico forestal Ricardo Carrere, coordinador internacional del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales, señaló en la misma sesión de la comisión que con la forestación reciente “se han perdido fuentes de trabajo. Una gran cantidad de dueños de pequeños establecimientos ganaderos que vendían servicios a otros más grandes ya no tienen trabajo porque las antiguas estancias han sido cubiertas por monocultivos forestales que generan muy poco empleo”. En ese mismo aspecto, Carrere subrayó la desaparición en la zona de una actividad tradicional y empleadora como la esquila, y destacó que la forestación crea empresas terceras que contratan personal a destajo con un régimen precario de empleo. Por tanto, la forestación, avanzada del proyecto M’Bopicuá, hasta ahora ha generado pérdida y no aporte de empleos.
Entre el 4 y el 11 de octubre, una delegación uruguaya integrada por el intendente de Río Negro, Francisco Centurión, los senadores Jorge Larrañaga, Julia Pou, Enrique Rubio y Jorge Boismenú, y el diputado Carlos Baraibar, viajó a Huelva, España, invitada por el grupo Ence a conocer sus plantas fabriles. En primera clase, como se debe. La anfitriona fue Rosario Pou, cuyas vinculaciones con las empresas forestadoras y el ambiente político uruguayo son archiconocidas.
En estos días los viajeros recibieron una carta de Benito Andrade, portavoz de la Asociación pola Defensa da Ría de Pontevedra, profesor de biología y geología. En ella se afirma que “la instalación de una planta de fabricación de pasta de papel conlleva la transformación de las zonas donde se instala ya que se trata de una de las industrias más contaminantes que existen en la actualidad. Estas industrias consumen grandes cantidades de agua que se vierten con una elevada carga contaminante que incluye (para fábricas de pasta ecf, que parece ser la tecnología que se quiere utilizar en M’Bopicuá) una elevada cantidad de materia orgánica que termina por asfixiar la vida acuática, y que incluye compuestos potencialmente peligrosos para la salud humana. Además son importantes las emisiones atmosféricas que incluyen sustancias claramente molestas (malolientes) como otras peligrosas para la salud y que los médicos de esta zona relacionan con el agravamiento y aumento de frecuencia de las crisis asmáticas y de otras enfermedades alérgicas, y la mayor incidencia de las enfermedades cardiorrespiratorias en general (según el Instituto Nacional de Toxicología la incidencia de enfermedades respiratorias en la zona de Pontevedra y Marín es mucho mayor que en otras zonas de Galicia). Por estas razones, las empresas de los países más desarrollados y grandes consumidores de pasta, para mantener su sustentabilidad, están trasladando la producción (una actividad claramente insostenible) a países donde se pueden conseguir los terrenos a bajo precio, sin oposición social, con legislación ambiental permisiva y con administraciones ‘sensibles’ que aceleren y no obstaculicen su implantación y funcionamiento”.
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* Faro de Vigo, 19-ix-01.
** Cinco Días, 11-v-02. Véase en Internet: www.5dias.com/especiales/suplementos/5d/20020511/16mendez.htm
*** “Informe Ence-Elnosa”, Greenpeace, junio de 1993.