Por Teresa Pérez Rocha, Grupo Guayubira, publicado en Brecha, 17 de abril de 2003
El plan forestal promovido por el Gobierno –basado en la plantación de grandes monocultivos forestales de eucaliptos y pinos– prometía grandes beneficios para el país. Entre ellos, la generación de empleo. No sólo no cumplió con este objetivo, sino que además se ha constatado que el escaso empleo generado es mayormente temporario y con condiciones laborales que en general dejan mucho que desear. Los hechos ocurridos en Rivera a principios de este mes, son una clara muestra de lo que hace mucho tiempo organizaciones ambientalistas vienen denunciando. La gran diferencia, es que esta vez la denuncia la realizó un funcionario del Gobierno.
En efecto, la Dirección Nacional de Aduanas realizó una inspección a una empresa forestal en el Departamento de Rivera. La empresa forestal en cuestión resultó ser Forestal Cono Sur S.A., propietaria de unas 26.000 hectáreas de plantaciones de pinos en Uruguay. Sin embargo, el 99% de sus acciones pertenece a Forestal Cholguán, la cual es a su vez una subsidiaria de la gigantesca empresa chilena Arauco, que en su país de origen posee la friolera de 906.033 hectáreas de plantaciones.
La denuncia tenía relación con la existencia de presunta maquinaria forestal en infracción aduanera, pero además Lissidini se encontró con unos 40 colchones tirados en el suelo y tras un breve recorrido pudo constatar que allí trabajaban medio centenar de brasileños indocumentados que además vivían en condiciones infrahumanas.
Los trabajadores habían sido contratados por una empresa brasileña, que a su vez había sido contratada por la empresa chilena para realizar tareas de plantación. El Director de Aduanas, explicó que el informe de la receptoría riverense detalla que los trabajadores dormían en el suelo, comían sobras, vestían en harapos y en varios casos presentaban heridas que no habían recibido la atención médica adecuada. “Prácticamente vivían en un régimen de esclavitud”, afirmó.
¿Es este el “desarrollo” forestal del que tanto se ha hablado?