Carta enviada por un ciudadano español que lamenta que en Uruguay se repitan los impactos sociales y ambientales que sufren los “Colonizados por Ence en Pontevedra”. 15.11.2003
Hola, amigos:
¡Menuda maldición os ha caído! Porque quiero imaginar que en Uruguay, se van a repetir los disparates de Pontevedra.
Contaminación por tierra, mar y aire. Una ría degradada en la que subsisten los moluscos, pero con una sobrecarga de mercurio que hace aconsejable pasar de ellos. Les puedo garantizar que la calidad de vida de esta ciudad y de la próxima villa de Marín, así como de todo el entorno de la fábrica en cosa de quince kilómetros, ha cambiado drásticamente.
Enfermedades que antes eran raras entre nosotros se han prodigado desde que se instaló aquí la fábrica de pasta Kraft, que deberán levantar en un horizonte máximo del 29.7.2018. Y están haciendo lo posible porque así no sea, por consolidar su presencia con el apoyo de los políticos de turno y de ciertos sectores de empresarios sin sensibilidad, dispuestos a conculcar las leyes fundamentales: El Reglamento de Actividades Molestas, Nocivas, Insalubres y Peligrosas de 1961 [que podrán consultar en la “red”], que su sola aplicación de oficio implicaría el cierre del complejo clorocelulósico, que está ahí situado ilegalmentede por no darse la distancia mínima de 2.000 de núcleos agrupados de población; La Ley de Costas, de la que quieren burlarse modificando la línea litoral si les resulta posible; la Constitución, que en su artículo 45 hace una ardorosa defensa del medio ambiente y emplaza a los administradores de la cosa pública a que actúen, so pena de sanción a los mismos de tipo penal.
Regresando al tema de las enfermedades, con la llegada de Ence a Pontevedra, se dispararon los casos de infecciones respiratorias agudas, conjuntivitis, incluso ciertas formas de cáncer. Y es curioso que en Pontevedra estén establecidos como diez veces el número de alergólogos que precisaría una población como la nuestra, en torno a los 70.000 habitantes. Las infecciones respiratorias agudas [en términos absolutos más que en la población de Vigo, que cuadruplica la de Pontevedra; en términos relativos más] que algún año se
contabilizaron en número de más de 17.000 han desaparecido de nuestro panorama, porque ya no se registran como enfermedades de obligatoria declaración desde hace unos catorce años. Así se compran las voluntades y se desinforma. Pero la gente sigue enfermando de bronquitis respiratoria o de asma hasta la alarma.
Otra de las enfermedades que aquí hizo aparición ha sido la parálisis cerebral, el síndrome Minnamatta, y aquí existe una sociedad de paralíticos cerebrales llamada Amencer. La culpa está en el mercurio, en la ingesta del mismo por la cadena trófica, en el consumo final de almejas o mejillones. Y puedo asegurarles y demostrarles que, de lo que aquí se ha hecho un silencio absoluto, se ha informado a los franceses compradores de moluscos de nuestra ría, que en los condicionados de compra de mejillones establecían una condición especial: -“Certificado del Instituto Español de Oceanografía acreditativo de que el mejillón no es de la ría de Pontevedra, ni de los sectores de Melojo y El Grove en la ría de Arosa” [por efecto de la fuerza de la marea bajante, se exporta la contaminación].
Vergonzosamente, a Ence le han autorizado a conectar a un emisario, no existiendo ya control posible. La Xunta ha dado siempre por buenas sus mentiras. Y en estos momentos se disponen a apoyar la construcción de una papelera de papel tisú, que se nutriría fundamentalmente de madera troceada procedente de Uruguay. Es, por lo tanto, mentira que vayan a completar el ciclo. Lo que van a hacer en mayor medida todavía es comprometer el sostenimiento de esta ría o el turismo que genera.
Aquí, en Pontevedra, somos ya pocos los que tenemos las ideas claras o no hemos vendido nuestra conciencia. Y como Ence no es propietaria del espacio de dominio público marítimo terrestre sobre el que tiene concesión en precario, no puede montar la papelera, que tendría que ser objeto de concesión estatal, estúpida si contamos hasta el horizonte del 29.7.2018.
Os prometemos que vamos a luchar y a tratar de llevar este asunto de la nueva papelera y de otras cosas añadidas [el estudio de impacto es una falacia, una serie de mentiras] ante el propio Tribunal Constitucional o ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, algo para lo que nos ha faltado decisión y medios hasta el presente.
Pero hoy España es un país democrático y tiene leyes que los políticos no podrán obviar por más tiempo. Se lo vamos a recordar.
Un saludo de solidaridad y ánimo, mucho ánimo.
Fdo. Elías Maceiras
Nota de Guayubira: el Decreto 2414/1961, de 30 de noviembre, por el que se aprueba el “Reglamento de actividades molestas, insalubres, nocivas y peligrosas” se puede leer en: http://www.juristas-ruidos.org/legislacion/D2414-1961.htm