Como consecuencia del actual Modelo Forestal tenemos mucha madera para ser cosechada, por lo que debiéramos pensar en una buena planificación para su mejor uso, generando la mayor cantidad posible de fuentes dignas de trabajo en el corto, mediano y largo plazo, y cuidando de nuestro ambiente en esos mismos plazos. No es una frivolidad. No se trata tan solo de que nuestra calidad de vida depende profundamente del cuidado del medio donde vivimos, sino que también está en riesgo la vida misma que dejamos a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos.
Pero nos quieren convencer que la única salida es transformar la madera en pasta de celulosa. Para ello vienen españoles y finlandeses, con promesas muy tentadoras, haciendo muchos regalitos, tratando de engañarnos como si no fuéramos capaces de darnos cuenta de que quieren instalarse en nuestro país porque les resulta sumamente ventajoso, dado que es así a costa nuestra: sus países no soportan más contaminaciones, por lo que los controles en sus países son muy estrictos. Los salarios de sus trabajadores son infinitamente más altos que los de los nuestros. Por otra parte, ya hemos pagado alrededor de 400 millones de dólares en subsidios al sector forestal y siguen pidiendo más exoneraciones para cada paso que dan.
Es bueno saber que en marzo se largó la avalancha finlandesa:
1.- “Foro Público” en Fray Bentos: comenzó con sandwichitos y masitas con muchos refrescos, la cumparsita , parejita bailando, video de vikingos, en fin un despliegue interminable.
Además reparten una lujosa publicación con parciales respuestas a preguntas que los uruguayos les habíamos formulado tres meses antes en el mes de diciembre!! Sin embargo, pareciera que a estos finlandeses no les gusta enfrentarse con un público crítico, no soportan que encontremos y les mostremos sus contradicciones, se enojan.
2.- “Seminario Científico” en Las Cañas, comienza con desayuno, sigue con almuerzo, cafecitos, dulzuras varias.
Cabe destacar que algunos de los disertantes eran científicos y sus respuestas eran de ese tenor pero, lamentablemente, una vez más los genios del norte vinieron a subestimarnos y a decirnos qué hacer. Sin embargo, una vez instalados entre el público nos dimos cuenta que quizás los uruguayos nos merecemos ser subestimados, ya que varios de los allí presentes parecían ansiosos por sumergirse en el (sub?)mundo de la celulosa sin pedir mayores explicaciones. Quizás eso era lo que se esperaba del público, adoración aprobatoria, ya que algunos de los expositores no tenían respuestas concretas a muchas de las preguntas que se formularon. Y volvían a enojarse cuando los uruguayos les exigíamos veracidad.
3.- “Reunión Informativa” en Mercedes, reparto de todo tipo de carpetitas, folletería y biromes grabadas con el nombre de la empresa. ¿Son los famosos espejitos que vienen a vendernos?
Pero no pudieron dejar de asombrarse; muchos uruguayos nos hartamos de su soberbia, nos hartamos de su displicencia y les hablamos fuerte; alguien mencionó la Maldición de Malinche….
4.- “Seminario Científico” en Montevideo, se repite la historia anterior.
Minimizan las contaminaciones, dicen que debemos confiar en ellos, minimizan los efectos sobre los peces, vuelven a decir que debemos confiar en ellos, minimizan todo lo que a posibles daños se refiera, nuevamente consideran que debemos confiar en ellos.
¿Por qué? ¿Desde cuándo “debemos” confiar?
Por supuesto que no se trata de poner piedras en el camino porque sí, sino de exigir garantías de que las cosas se van a hacer bien, ni más ni menos, como lo harían en su propio país. Aunque nos consta que allí se comportan mejor a causa de los estrictos controles ambientales.
Pero, ahora se nos agrega el elemento que nos plantea la mayor de las desconfianzas: en la Cámara de Representantes se encuentra para su resolución el “Acuerdo con el Gobierno de la República de Finlandia relativo a la Promoción y Protección de Inversiones”. Vano disfraz, pretenden hacernos creer que es un acuerdo mutuo entre dos países, cuando lo que quieren es hacernos arrodillar ante los requerimientos de una empresa: Botnia. El acuerdo incluye cláusulas que atentan contra nuestra dignidad y soberanía, como cuando dice …”contemple la indemnización, compensación u otros acuerdos respecto a las pérdidas que sufran por causa de guerra u otros conflictos armados, estado de emergencia nacional, revuelta, insurrección o manifestaciones”.
¿No podremos protestar cuando contaminan? ¿No podremos protestar cuando desconozcan derechos laborales? Finalmente, ¿no podremos protestar para que el Estado (léase nosotros mismos) no tenga que pagar más, una y otra vez?
Apostamos a que nuestros representantes no hayan perdido la capacidad de pensar por sí mismos y tomar decisiones para bien de todo nuestro país. Apostamos a seguir creyendo en nuestro afán de ser libres de toda atadura impuesta y de vivir en un país productivo y sustentable.