El Grupo Guayubira desea manifestar a la opinión pública su profunda consternación y alarma por la decisión que ha adoptado el día de ayer el plenario de la Cámara de Representantes con relación al “Acuerdo con el Gobierno de la República de Finlandia relativo a la promoción y protección de inversiones“, que oportunamente denunciáramos.
Con los votos del Partido Independiente, el Partido Colorado y el Partido Nacional, y con la votación en contra de la bancada del Encuentro Progresista-Frente Amplio-Nueva Mayoría (EP-FA-NM), se aprobó el acuerdo internacional que, como comentáramos en el comunicado emitido el 27 de abril, consideramos implicará favorecer sin condiciones la instalación de una planta de celulosa sobre el río Uruguay.
La empresa finlandesa Botnia viene desplegando una estrategia propagandística en apoyo a su interés comercial, que encuentra en Uruguay un sitio propicio para un emprendimiento que seguramente le será redituable. Pero reiteramos nuestra pregunta ¿qué gana el Uruguay, y más concretamente, los uruguayos todos?
Este megaproyecto, llevado a cabo en un país como el nuestro, con débiles regulaciones ambientales, plantearía un grave riesgo de contaminación del río Uruguay, pondría en riesgo la salud de la población, socavaría otras fuentes de trabajo locales como por ejemplo, en el rubro turístico, en la pesca, en la horticultura orgánica, en la apicultura. Es equívoco extrapolar las condiciones de las plantas de celulosa de la empresa Botnia en un país del Norte como Finlandia, regido por las exigencias estrictas de la Unión Europea. Bien sabemos que aquí puede no ser lo mismo. Lo grave es que el Acuerdo asegura a la empresa que en caso de que sufra pérdidas por revueltas o manifestaciones, entre otros, el Estado la indemnizará. ¿Nos van a impedir que manifestemos en caso de comprobar alguno de los impactos arriba mencionados?
Por todo eso, decimos que no es ésta la salida que los uruguayos necesitamos.
Tenemos el convencimiento de que productividad y sustentabilidad no son objetivos incompatibles. Es responsabilidad de nuestros representantes caminar en ese sentido. Por ello, condenamos a los legisladores que votaron este acuerdo, felicitamos a todos aquellos que defienden nuestra dignidad y soberanía y apostamos a continuar nuestra lucha por un país productivo y sustentable.