¿Cómo es posible que a la supuestamente poderosa Botnia no le alcanza el dinero para la supuesta inversión?
Esta historia sería de no creer si no fuera por el hecho de que tenemos en nuestras manos los documentos que la prueban.
Nuestros gobernantes fundamentan sus argumentos aprobatorios en supuestos y promesas virtuales para seguir sacando de los bolsillos de cada uno de nosotros los dineros para sostener las actividades lucrativas de empresas extranjeras.
En este caso nos referimos a la empresa finlandesa Botnia que -como lo anunciáramos en comunicado del 1º de octubre pasado- el día 15 obtuvo el permiso del Poder Ejecutivo de operar en zona franca en Fray Bentos. Esta concesión implica que están exentos de todo tributo nacional creado o a crearse, incluso aquellos cuya exoneración legal requiera de una autorización específica.
Como si esto no fuera suficiente, para completar el panorama, en la prensa de estos días nos informamos que “Botnia busca financiamiento para la planta de celulosa” agregando que “usará unos 400 millones de dólares de fondos propios y tomará créditos por otros 600 millones.”
¿Cómo hacemos coincidir esta información con la que los propios finlandeses han estado sembrando en un despliegue propagandístico jamás antes visto?
Es bueno recordar que esta empresa llegó a nuestro país “con bombos y platillos” a convencernos de que ellos tenían mil millones de dólares para instalar una planta procesadora de celulosa sobre el Río Uruguay, lanzando al aire ilusiones y promesas de muchos puestos de trabajo y ningún daño al ambiente físico o social.
Luego comenzaron sus presiones que determinaron que una mayoría parlamentaria votara un Acuerdo de Protección de Inversiones con Finlandia que –entre otros aspectos negativos- atenta contra nuestra soberanía.
Han vendido (¿o algunos han comprado?) una imagen de seriedad y solvencia, pero a poco de empezar su campaña comenzaron a mostrar su necesidad de mayores exoneraciones impositivas, la necesidad de obtener fondos de las Afaps, en fin, continuaron con las presiones al poder político para obtener más y más concesiones, lo que siempre redunda en quitar dinero de los bolsillos de la ciudadanía uruguaya.
En nuestro comunicado anteriormente mencionado también denunciábamos las dificultades financieras del grupo Botnia que, junto a malas prácticas comerciales y manejo de mercados, están siendo investigadas en los Estados Unidos.
Por otra parte, nos han informado de las presiones que han ejercido sobre propietarios de tierras cercanas a Fray Bentos para que se las cedan a largo plazo para continuar plantando eucaliptos en extensiones interminables sobre tierras de excelente aptitud para la tan necesaria obtención de alimentos para nuestro país.
Todo el manejo de esta empresa nos confirma que sus números están “en rojo” y que sería Uruguay el lugar donde podrían recuperarse y seguir obteniendo ganancias, a cambio de contaminación, hambre y exclusión.
Aún tenemos un “Uruguay Natural” en el que –según información de la prensa del 14 de octubre próximo pasado – refiriéndose al reciente fin de semana largo “unas 20 mil personas pasaron por Fray Bentos”. ¿Nos resignaremos a perderlo?
A pesar de todo lo ocurrido, pensamos que todavía estamos a tiempo de impedir este atropello a nuestra soberanía. Es necesario que estemos informados, es necesario que difundamos estas informaciones porque otro Uruguay es posible.