El viernes 27 de mayo, a las 19hs, en la Plaza Libertad, tuvo lugar la concentración organizada por el Grupo Guayubira para manifestarse en contra de la proyectada instalación de dos fábricas de celulosa sobre el río Uruguay, en la localidad de Fray Bentos.
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A la convocatoria, que contó con la adhesión de numerosas organizaciones sociales, acudieron alrededor de 800 personas que, entre oratoria y música, dijeron “SI a la vida, NO a las fábricas de celulosa”, y se pronunciaron a favor de la soberanía sobre aguas y suelos y por un país productivo con fuentes de trabajo genuinas.
En la proclama que dio apertura al acto, Guayubira expresó: “Como integrantes de este pueblo uruguayo protagonista de largas y tenaces luchas de resistencia, tenemos vocación de participación. Y hoy esa participación pasa por definir qué país queremos. Vale la pena pronunciarse.”
Sin duda que la definición en torno a estos mega emprendimientos toca aspectos muy estratégicos en cuanto a qué caminos transitará nuestro país y a qué intereses quedará encadenado. Tanto así que a la hora de levantar la noticia, el tema central de la convocatoria quedó sospechosamente desdibujado por atribuciones que intentaron ubicarlo como “un acto contra el gobierno” o exclusivamente contra el decreto del Poder Ejecutivo que consolidó la permanencia de la empresa Aguas de la Costa, omitiendo toda referencia a las fábricas de celulosa.
El escritor Eduardo Galeano, quien ha sido una de las voces que se han levantado para cuestionar dichos proyectos, fue uno de los oradores del acto.
“Lo que nosotros (…) hemos subrayado una vez y dos, y veinte veces, es la necesidad de que antes de tomar una decisión, que nos parece grave y que puede implicar el envenenamiento del río y la reducción del poco humus que nos queda en la tierra, que va a pudrir las aguas y secar las tierras -esto no es de ninguna manera obra de la imaginación sino que es la enseñanza triste que han dejado las fábricas de celulosa (…) en Chile y en Argentina-, bueno pues, que se escuchen esos testimonios y que antes de tomar una decisión se piense mucho en lo que se va a hacer.”
“En estos días, en estos tiempos, estamos viviendo –yo creo no sólo el Frente, el gobierno, sino el país todo– tiempos muy difíciles. Sin duda que el gobierno ha heredado un país hipotecado, endeudado hasta la manija, cuyos márgenes de soberanía se han estrechado, se han hecho cada vez más angostitos y entonces se vive un clima en el cual es muy difícil decir algunas cosas. Y yo lo comprendo. Comprendo que pueda haber sectores de la población, como ahora ocurre con algunos sectores en Fray Bentos, que estén contentos con la idea de que van a trabajar. Porque este es un país desmantelado donde el trabajo se ha convertido lamentablemente en un privilegio de pocos. Entonces la defensa ecologista del medio, de la tierra, del agua y también de la salud humana parece una cosa de marcianos”, reflexionó Galeano.
Y finalizó: “La gente votó para que el país cambiara y cosas que antes resultaban normales, humillaciones aceptadas como costumbre en tiempos del poder blanquirado, coloranco, ahora ya pasan a ser ofensas graves a la dignidad nacional recuperada. Y yo creo que es no sólo nuestro legítimo derecho sino también nuestra obligación, nuestro deber, recordarle a este gobierno -que muchos sentimos que es nuestro gobierno, recordarle que la dignidad es su obligación principal y que no se equivocó el jefe aquel que dijo:
NO VENDEREMOS EL RICO PATRIMONIO DE LOS ORIENTALES AL BAJO PRECIODE LA NECESIDAD”