Testimonios de pobladores locales sobre los impactos de las plantaciones a gran escala sobre el agua

Recogidos en salidas de campo realizadas con motivo de la investigación sobre la certificación por parte del FSC de monocultivos de árboles en Uruguay – diciembre de 2005.

Se ha constatado –existe una amplia bibliografía al respecto– que las plantaciones a gran escala tienen graves impactos sobre el agua, tanto superficial como subterránea. Tan es así, que las propias empresas certificadoras de las forestales han admitido este impacto: “Es sabido que el principal efecto ambiental del eucalyptus es su fuerte uso del agua del suelo” (Informe de SGS, certificadora de EUFORES, agosto de 2004).

Así como valoramos las investigaciones realizadas sobre el tema, queremos complementar esa realidad a través de los testimonios de las personas que la viven diariamente. Se trata de gente con predios pequeños o medianos, rodeados de extensas plantaciones, que en los últimos años han visto disminuir notoriamente, cuando no totalmente, el caudal de agua de la cual disponían, ya sea la de los pozos ó de las corrientes de agua.

Los testimonios que ofrecemos a continuación fueron recogidos en salidas de campo realizadas en diciembre de 2005, con motivo de la investigación sobre la certificación por parte del FSC (Forest Stewardship Council) de monocultivos de árboles en Uruguay (ver: Carrere, Ricardo. Maquillaje verde. Análisis crítico de la certificación de monocultivos de árboles en Uruguay por el FSC. Montevideo, WRM, 2007, 88pp., Col. del WRM sobre plantaciones, No.5.

Testimonios de los impactos sobre el agua

En 1999, el Grupo Guayubira registró por primera vez in situ los impactos de las plantaciones en Cerro Alegre, departamento de Soriano (ver el artículo “Tristezas de Cerro Alegre: los graves perjuicios de la forestación”).

En efecto, a los pocos años de instaladas las plantaciones se secaron todos los pozos de agua de los agricultores locales, se secaron humedales y bajó sustancialmente el nivel de los cursos de agua de la zona. Integrantes del Grupo Guayubira recorrieron nuevamente la zona, hablaron con los productores y constataron los hechos.

En esta nueva salida de campo, además de Cerro Alegre, también se visitó otra zona vecina en el departamento de Soriano –Paraje Pence– porque según nuestros contactos ahí había serios problemas de agua, y efectivamente nos dijeron: “Todo el poblado se quedó sin agua”.

Pence es un lugar donde todavía hay una serie de pequeñas chacras y donde la mayoría de la gente ha vivido allí toda la vida. Se trata de un paraje que está rodeado por campos forestados. Al llegar a la zona, un hombre de 35 años resumió la situación diciendo que “acá la gente se ha quedado toda sin agua. Yo tengo poca pero es porque el pozo está sucio. Aquí cerca donde vive mi viejo está sin agua”.

Lo que contó una enfermera local describe claramente la gravedad de la situación. Dijo que siempre quiere estar presente cuando viene un médico nuevo y explicarle la situación de la zona, porque hay veces que los médicos no entienden por qué la gente viene sucia a la consulta o no viene. “Lo que pasa es que acá, además de que la gente se quedó sin agua en los pozos, todos los charcos de agua dulce desaparecieron. Entonces, a veces si no tienen con qué lavar a los chiquitos para traerlos a la consulta, no los traen. Hay una muchacha que tiene una pila de operaciones, que no puede hacer fuerza. La semana pasada tenía que venir a la consulta pero como la Intendencia hacía 15 días que no entregaba agua, no tenía agua ni para lavarse las manos y no vino a la consulta”.

Frente a la escasez de agua, la Intendencia de Soriano se ve obligada a llevarla en camiones cisterna a todos los pobladores que la necesitan. Un hombre de 48 años dijo: “Yo toda la vida viví acá y jamás había faltado el agua hasta que instalaron todas estas plantaciones hace más o menos 8 años. Ahora dependemos de que vengan de la Intendencia a traernos el agua. Lo hacen cada 15 días y a veces si se demoran los tenemos que llamar, porque acá no hay nada de agua. Además el agua para tomar yo la voy a buscar a otro lado”.

La misma persona comentó acerca de la enorme baja en el caudal de un arroyo local diciendo: “¡Hay que ver lo que era el arroyo Bequeló y lo que es ahora!”. Dada la falta de agua, también comentó que “si esto se prende fuego todos estos caseríos de acá se achicharran”.

También se recogieron testimonios en Algorta, departamento de Río Negro, donde la gente local dijo que “por culpa de los eucaliptos se secó la cañada Arroyo Negro, que antes era la playa del pueblo”.

Confirmando estas denuncias, un productor rural de Guichón, departamento de Payzandú, dijo tener su campo rodeado por plantaciones y que el resultado ha sido que “se ha secado el Arroyo Boyado, que pasa por mi campo”.

Más al norte del país, en la zona de Tranqueras, departamento de Rivera, visitada en diciembre, la gente local opina que “el pino agrava la seca”. Se nos informó que de una cañada que atravesaba el camino, a principios de febrero no quedaba “ni una gota de agua”. Preguntado sobre cómo era la situación en materia de agua antes de que llegara la forestación, la persona dijo: “En sitios donde 20 años atrás siempre hubo agua ahora no hay ni una gota. En pila de lugares. Atrás del cementerio había bañados tremendos, donde se enterraban hasta los perros. Ahora está todo seco”.

En visita realizada al establecimiento de un pequeño productor agropecuario de esta misma zona, se nos informó que se forestó la zona donde nace el Zanja Honda (un curso de agua que pasa por su predio). El resultado ha sido una importante disminución del caudal de ese curso de agua y del nivel de los pozos de agua. Además, la persona señaló que “campos arenosos como éstos son los únicos que aguantan una seca”, pero que ahora se secan muy rápidamente después de una lluvia, debido a la forestación.

Otra persona de la zona agregó que el río Tacuarembó está bordeado por kilómetros de forestación y que ha observado que “nunca ha estado tan bajo el cauce” de ese río.

Un edil de Tranqueras dijo haber “escuchado denuncias de impactos sobre el agua” y aunque no lo constató personalmente, opinó que “tiene que haber disminuido”. Asimismo, un edil de Rivera dijo que muchos campos se han vuelto totalmente improductivos por la falta de agua y atribuyó el fenómeno a la combinación entre la sequía y al hecho de que están rodeados de forestación. Mencionó específicamente la zona de Curticeira, donde hay plantaciones y dijo que allí viven unas 7 u 8 familias que no han podido cultivar ya que no tienen agua y también les falta agua para los animales y para su consumo. El edil relató que pocos días atrás había visitado a una familia de la zona y que llevaban dos días ahondando un pozo y aún no habían encontrado agua. Por tal razón están trayendo el agua de una cañada lejos de donde ellos están, en camionetas y en tanques. Sobre el mismo tema también comentó que “un ramal del arroyo Tacuarembó no es ni sombra de lo que era” y atribuyó el hecho a la forestación.

About Grupo Guayubira

El grupo "Guayubira", fue creado en mayo de 1997, para nuclear a personas y organizaciones preocupadas por la conservación del monte indígena y por los impactos socioeconómicos y ambientales del actual modelo de desarrollo forestal impulsado desde el gobierno. El grupo aspira a tener incidencia a nivel nacional y local para implementar medidas que ayuden a la conservación del monte indígena y a modificar el actual modelo insustentable de desarrollo forestal basado en los monocultivos de árboles a gran escala.
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