El Grupo Guayubira ha recibido un revelador artículo del Ing. Agr. Daniel Durán en el que, entre otros aportes, describe la relación entre la crisis ganadera resultante de la reciente sequía en el norte del país y el avance de la forestación. Lo que sigue son algunos extractos de dicho artículo, que adjuntamos en su versión completa.
“Los que tenemos algunas canas y hemos soportado algunas secas en el Uruguay, sabemos del equilibrio de los suelos arenosos y los de basalto, dos suelos con características diferenciales bien definidas. El basalto superficial, rico en minerales, poblado de pasturas finas, cuando llueve parejo se convierte en uno de los mejores suelos del Uruguay. Su problema es la falta de agua; campos superficiales sienten el rigor de la sequía como ningún otro.
El arenoso, por el contrario, productor de pasturas más gruesas, tiene como característica un déficit invernal grande producto de su mal manejo (pastoreo continuo). Pero tiene una condición que lo hace excepcional en regiones como ésta en que la sequía es un azote permanente para la producción ganadera. Son los campos que de acuerdo a su estructura aguantan más la seca.
Esta composición de los suelos uruguayos le dio un gran equilibrio a la ganadería. El basalto de Artigas, Salto, Paysandú, Durazno, tenía muy cerca los campos arenosos de Rivera, Tacuarembo, Paysandú y Durazno, donde era muy fácil desplazar los ganados cuando venían épocas de crisis. Una vez recuperada la situación climática los ganados volvían a su lugar de origen y se restablecía el equilibrio minimizándose las pérdidas.
Hoy, la forestación copó los campos arenosos, los mejores del país. En ellos, aparte de la ganadería, se puede hacer soja, arroz, cultivos de verano, papa, semilleros, porque tienen una inmejorable reserva hídrica. Uruguay hizo 750.000 hectáreas de forestación y es el único país del mundo que no hizo evaluación de impacto ambiental.
Los forestadores, ni lerdos ni perezoso, coparon la banca, forestaron lo que nadie foresta, los campos mejores, los más productivos, los arenosos. Ellos mismos dicen que el eucalipto en Uruguay crece diez veces más que en Finlandia. Lo que dura en crecer un árbol 8 años, precisa 80 años en Finlandia. Pero la realidad de hoy es que el país está amenazado de perder 600.000 vacunos aparte de la pérdida de peso y baja preñez que tendrá que soportar el primer rubro de exportación del Uruguay … Esto afecta más de 3.000.000 de hectáreas del país productivo que dijimos íbamos a impulsar”.
A lo expuesto por el Ing. Durán, solo queremos agregar el hecho de que la promoción de la forestación en suelos arenosos ha sido y sigue siendo una política impulsada desde el Estado. Por lo tanto, el gobierno debe investigar seriamente todos los impactos sociales y ambientales de la forestación, entre los cuales sus impactos sobre otras producciones agropecuarias, como en el caso descrito más arriba. Mientras dicha investigación no esté finalizada, el Estado debe prohibir la instalación de más plantaciones, no solo en los suelos arenosos, sino en todo el territorio del país. Ni un eucalipto ni un pino más.
Por entrevistas:
Ing. Agr. Daniel Durán
Tel: 072 25097
Paysandú