Integrantes del Grupo Guayubira se reunieron en el día de ayer con la Directora Nacional de Medio Ambiente para plantearle su disconformidad con la aprobación recientemente dada a la empresa Stora Enso para que foreste un área de aproximadamente 7.000 ha en el Departamento de Durazno.
“Vinimos a plantearle nuestra profunda preocupación en relación a la reciente autorización ambiental que la DINAMA le otorgó a la empresa Stora Enso. Nosotros consideramos que dicha autorización es una burla. Es extremadamente preocupante el precedente que el Ministerio ha generado con esta autorización” manifestó Teresa Perez, una de las integrantes del Grupo durante la reunión con la jerarca del Ministerio.
“Nos resulta insólito, que luego de las innumerables denuncias que ha realizado nuestro grupo y productores de distintos departamentos y de la cantidad de documentación que se ha aportado en ámbitos Parlamentarios y en distintos Ministerios, se acepte sin mayores comentarios lo que fuera declarado por la empresa Stora Enso que las plantaciones forestales tendrán impactos ambientales negativos no significativos y que a la vez conservarán la biodiversidad, generarán empleo y fomentarán la radicación de familias en la zona” señaló Ana Filippini otra de las integrantes del grupo en la mencionada reunión.
Elizabeth Díaz enfatizó que “vemos con preocupación que desde que asumió este gobierno, hemos estado planteando a la DINAMA que es necesario tomar medidas urgentes para que no se ampliaran las áreas de plantaciones y con ello aumentar los perjuicios de las mismas. A pesar de esto se le ha asignado categoría A al proyecto de la empresa Stora Enso, lo que implica que no tiene que realizar el estudio de impacto ambiental de sus plantaciones. Lo más grave, es que el Ministro Arana afirme que se carece de datos básicos para evaluar el proyecto de Stora Enso en profundidad y que no se contó con la información necesaria para una adecuada clasificación, pero que de todas formas se le de la autorización”.
Las denuncias por la falta de agua en varios puntos de nuestro país -vinculadas a la expansión forestal- son cada vez más frecuentes. Teniendo en cuenta que estos proyectos se instalarán en una de las zonas de recarga del Acuífero Guaraní, María Selva Ortiz preguntó si “se está teniendo en cuenta el porcentaje ya forestado y el que tiene proyectado forestar Stora Enso y otras empresas en la Cuenca del Tacuarembó, y cuáles pueden ser los potenciales impactos sobre las tres represas hidroeléctricas sobre el Río Negro. Y vinculado a esto, “quién está analizado los impactos acumulados de toda esa masa forestal, en el agua, el suelo y otros sectores productivos.” La Directora no dio respuesta a estas inquietudes aduciendo que la DINAMA no es responsable por los impactos acumulados de los monocultivos forestales.
Ante la consulta sobre cuáles son los criterios que se tomaron en cuenta para avalar estos proyectos forestales y como es que se ha decidido que los mismos no tienen impacto ambiental negativo, se nos hizo saber que esos criterios están en la cabeza de los técnicos y por el momento ha sido imposible plasmarlos en un procedimiento formal como debiera ser.
Consideramos que hasta que no se creen los instrumentos capaces de evaluar correctamente los perjuicios ya identificados de la forestación hasta el momento, no debiera darse ninguna otra autorización para ampliar el área de plantaciones en nuestro país. Menos que menos debiera tratarse de convencer a la población que se están poniendo limitaciones a la forestación, cuando en realidad lo que se está haciendo es autorizar a las empresas que aumenten considerablemente las ya conflictivas áreas forestadas.