Por Carmen Martínez, Ex Edil Departamental por el Frente Amplio en Colonia (*)
Me pregunto: ¿es posible que un gobierno de izquierda, a través del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, opte por la instalación de una empresa nueva en la zona, perjudicando los derechos de 84 pequeños y medianos productores, afincados en los campos de Soriano durante tres generaciones?
¿No será necesario legislar urgentemente en el tema ordenamiento territorial para determinar las zonas donde estas fábricas puedan asentarse sin perjudicar los actuales emprendimientos? ¿Cuál será el valor de estas propiedades una vez instalada la fábrica de ácido sulfúrico? ¿Para qué pueden servir?
Hagamos una breve síntesis de la situación de estas 84 familias. La mayoría producen trigo, soja, girasol, cebada, sorgo y avena. Otros se dedican a la cría y engorde de ganado vacuno y lanar para exportación. Y no son pocos los que se dedican a la apicultura.
¿Dónde se instalaría Isusa? A 16 quilómetros. Por la carretera del puerto de Nueva Palmira, ubicado al noroeste de Colonia, por donde la empresa importaría la materia prima necesaria para la producción de ácido sulfúrico (se propone producir 120 toneladas diarias).
¿Qué efectos negativos y/o contaminantes tendrá la instalación de Isusa?
. Lluvia ácida cuando haya vientos, que caerá sobre campos de la zona; que además afectará a las personas: problemas respiratorios y mal olor.
. Compromiso de las aguas subterráneas de los campos de la zona.
. Contaminación de la miel, que no podrá exportarse por ser muy rígidos y exigentes los controles europeos.
Al no existir ordenamiento territorial, puede ser la primera de otras empresas que formarían un parque industrial: Isusa compró 200 hectáreas, y existe el peligro de que esta zona, con las mejores tierras del país y con el mayor índice Coneat uruguayo, deje de ser agrícola ganadera para transformarse en zona industrial, con la contaminación lógica que traería. Pasaría de ser una zona natural, con las tierras más fértiles del país, a ser fundamentalmente el camino “corto y barato” al puerto de Nueva Palmira-Isusa, ya que esta empresa desechó la propuesta de terrenos brindada por las intendencias de Soriano y Colonia, ¡por encontrarse diez quilómetros más lejos que el predio actualmente elegido! (en ese lugar no existe ningún tipo de asentamiento agropecuario).
Alicia Torres, directora de la Dinama, habla de “niveles de contaminación aceptables”. ¿Aceptables para quién? Seguramente no para los productores, que por la preocupación no pueden conciliar el sueño pensando cuál será su futuro. “Niveles de contaminación aceptables.” ¿Basados en qué estudios? Por desgracia, el ministerio de donde salen estas declaraciones carece de los recursos técnicos suficientes para hacer estudios en tierra y en agua.
Me parece que Alicia, desde su escritorio, o desde sus apariciones en la prensa nacional, hace declaraciones e intenta convencer sin razones. O con las razones de 10 o 15 técnicos de la consultora pagada por Isusa, que determinan si habrá o no contaminación, que trabajan a tiempo completo para la empresa cobrando suculentos sueldos, porque no hubo tiempo ni recursos para pagar al inia, o a la Facultad de Ciencias, o la de Química o al Latu.
Me asombra también que, a pesar de todo, se haya “convencido” al diputado por Soriano Roque Arregui (FA-EP) “varias veces” de que “nada hace sospechar que esa planta vaya a contaminar”.
Por lo expresado, y de consumarse esta tragedia, hoy hago responsables de la instalación de Isusa en esta zona de Soriano al arquitecto Mariano Arana, en su calidad de ministro, a Alicia Torres, como directora de la Dinama, y al diputado por Soriano Roque Arregui.
(*) Nota publicada en el semanario Brecha – 20 de setiembre de 2006.