Por Amalia Antúnez de UITA. Entrevista a trabajador forestal – Julio de 2010.
El libro “Uruguay: trabajo y agrotóxicos en la forestación” fue presentado el pasado 23 de julio por RAP- AL Uruguay y por la Secretaría Regional para América Latina de la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación, Agricultura y Afines (Rel-UITA), en las instalaciones de esta organización en Montevideo, y contó con la participación de diversos representantes de diferentes organismos estatales, legisladores, ONG ambientalistas y trabajadores.
Henry es trabajador forestal. Se desempeña en el área de la fumigación en las plantaciones de la compañía Forestal Oriental SA (FOSA), en el norteño departamento de Paysandú. Es trabajador tercerizado y uno de los testimonios fundamentales para la realización de la investigación, realizada por María Isabel Cárcamo. Sirel conversó con este trabajador, que prefirió no identificarse más que con su nombre de pila debido a la presión social que se sufre en la localidad de Quebracho, donde la forestación es una de las principales fuentes de trabajo y las organizaciones sindicales no son vistas con buenos ojos.
-¿Existe conciencia por parte de los trabajadores de que el manejo de productos químicos es altamente riesgoso?
-No hay una conciencia real del peligro que representan los agrotóxicos en el largo plazo para nuestra salud. Esto se evidencia a la hora de la comida, cuando nos sacamos los guantes pero no el traje con el que aplicamos los químicos; es probable que algún residuo de agrotóxico vaya con la comida que ingerimos.
Por otra parte, como el trabajo que realizamos es a destajo, para alcanzar un salario mínimamente decente tenemos que realizar nuestra tarea lo más rápido posible, casi corriendo entre la maleza, lo que hace que la tarea sea insalubre. A esto se suma que los días lluviosos no se trabajan, y no nos pagan.
-¿Cómo se selecciona a los trabajadores que se encargan de aplicar los agrotóxicos?
-La empresa contratista hace un llamado y quien quiere se presenta y se anota. Luego hacen una prueba con los inscriptos para ver quienes están aptos para la tarea; si el trabajador siente mareos, dolor de cabeza o tiene vómitos queda comprobado que no puede realizar el trabajo.
-¿Qué análisis te merece el avance descomunal de la forestación en Uruguay?
-A pesar de que el trabajo en la forestación es la principal fuente laboral en la localidad de Quebracho, y por consiguiente son muy pocos los habitantes del lugar que no dependen directa o indirectamente de la actividad forestal, sabemos que algún daño estamos haciendo.
Con la forestación se pierden tierras que no van a ser recuperables después de todo el tratamiento con químicos que se aplica, además de lo que lleva la plantación propiamente dicha. El monocultivo de eucalipto deja secuelas en el suelo que no se recuperan más, y si bien los trabajadores somos conscientes de esto, estamos siempre en la disyuntiva de realizar ese trabajo o no tener ninguno.
-¿Han tenido problemas con los cursos de agua en la región?
-Todavía no, pero hay que señalar que hace apenas alrededor de seis años y medio que existen estas plantaciones de eucalipto en Quebracho. Sabemos que en otras localidades este monocultivo ha secado todo.
-¿Cómo analizas este material?
-Este trabajo viene a brindar información sobre el uso y la aplicación de agrotóxicos en la forestación. Esto es muy importante para nosotros en tanto trabajadores y ciudadanos, pues arroja datos sobre un sinfín de productos químicos de los cuales los aplicadores no tenemos idea de lo dañino que pueden ser. Por otro lado, haber venido a la presentación del libro ha sido enriquecedor; ya entramos en contacto con otros trabajadores rurales que, a diferencia de los que trabajamos en la forestación, sí están organizados.
El compañero Germán González, de la Unión de Trabajadores Rurales y Afines del Sur del País (UTRASURPA), me comentó que a través de la negociación colectiva obtuvieron que les paguen un porcentaje de los jornales perdidos por mal tiempo. A nosotros no nos pagan si no trabajamos, lo que significa que cuando el tiempo no acompaña, no llegamos a un salario mínimo.
-¿Cómo es la situación de los trabajadores con respecto a la organización sindical?
-No existe organización sindical en Forestadora Oriental. Además de que hay una presión social muy fuerte en contra de los sindicatos, la propia modalidad de contratación de los trabajadores, que es a través de empresas subcontratistas, hace que la tarea de organizarnos sea muy difícil.
De a poco vamos tomando conciencia de la importancia de estar agrupados para negociar y pelear por nuestros derechos, pero aún estamos en pañales en ese tema.