Un pequeño paso en la dirección correcta para la defensa del monte indígena

La última rendición de cuentas aprobada por el Parlamento incluye un artículo que pasó un tanto desapercibido para la opinión pública y que podría tener consecuencias importantes para la protección de uno de nuestros ecosistemas más importantes. En efecto, la ley incluye una modificación al régimen de multas aplicables en casos de destrucción de monte indígena. Hasta no hace mucho tiempo, las multas previstas para estos casos eran tan bajas que difícilmente cumplían con su función disuasiva.

Los altos márgenes de ganancia y el desinterés por la conservación del monte nativo ha hecho que los empresarios agropecuarios opten por destruir zonas ocupadas por monte indígena, y así poder destinar más hectáreas a la explotación comercial. Este tipo de decisiones se veían favorecidas, al menos hasta no hace mucho, por el hecho de que las multas previstas para casos de destrucción de monte indígena eran extremadamente bajas comparadas con la eventual ganancia que implicaba para el empresario agropecuario el disponer de esas hectáreas para la explotación comercial.

Lo bajo de las multas estaba lejos de ser el único problema a la hora de proteger al monte indígena de la tala indiscriminada. Se debe mencionar además, entre otros factores, la carencia de personal para realizar inspecciones en todo el país, las dificultades burocráticas que enfrenta quien quiere hacer una denuncia de tala, o los criterios, sobre qué debe ser considerado monte y qué no, y por lo tanto, qué talas pueden ser permitidas y cuáles no.

Sin desmedro de todo lo anterior, el aumento de las multas previstas para casos de tala de monte es un reclamo válido por sí mismo, y es algo que el Grupo Guayubira venía haciendo hace tiempo. Ver un ejemplo en “Detienen destrucción de monte indígena” http://www.guayubira.org.uy/2010/07/detienen-destruccion-de-monte-indigena/.

La buena noticia es que un artículo incluido en la última rendición de cuentas prevé un aumento de este tipo. Se trata del artículo 385, que establece que ante la deforestación de bosques nativos y “En aquellos casos en que, de conformidad con las normas en vigencia corresponda sancionar con multa a los infractores, (…) el monto será establecido de acuerdo con el tipo de bosque y pérdida de biodiversidad entre 40 UR (cuarenta unidades reajustables) y 400 UR (cuatrocientas unidades reajustables) por hectárea deforestada“. Esto significa que si a un desmonte de 10 hectáreas, se le aplicase la máxima multa, el valor de la misma sería hoy de unos 100.000 dólares americanos.

Según declaraciones del Director de la Dirección General Forestal del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca “Uno de los grandes problemas del planeta es la deforestación indiscriminada, fundamentalmente en bosques nativos. (…) Hasta hace poco la multa para el que hacía una tala de bosques nativos con el fin de explotación o para obtener tierras para hacer agricultura o ganadería eran unos US$ 400 por operación, no por hectárea, así el delito fuera en una hectárea, en 10 o en 50. Ahora las multas sí son una cosa seria. Es difícil que alguien se arriesgue; el que precisa tierras en vez de arriesgarse a pagar esa multa va y las compra, y no depreda el monte indígena.” (1)

El desafío que enfrentan ahora las autoridades de la Dirección Forestal es poder atender y dar seguimientos a las distintas denuncias de tala que surgen en todo el país, para determinar así cuáles son pasibles de multa…y aplicarlas.

Ante la constatación de que se está talando monte indígena, se puede efectuar una denuncia a las autoridades correspondientes. El teléfono directo del Departamento de Bosque Nativo es 2916 9891 y el fax es el 2915 1900 int. 219. Las denuncias pueden hacerse también por medio de un formulario que se encuentra en la página web de la DGF en www.mgap.gub.uy.

Por otra parte, y con la idea de brindar nuestro apoyo a las personas o comunidades que tengan una denuncia, el Grupo Guayubira dispone de una sección en su página web donde recibe las denuncias de tala de monte que luego canaliza a las autoridades correspondientes. (2)

Si bien enfatizamos lo positivo que resulta esta modificación normativa -que hace que las multas por desmonte tengan ahora un mayor poder disuasivo- también creemos que con eso no alcanza y que se deben tomar muchas más medidas para asegurar la vida de los montes indígenas de nuestro país. Creemos oportuno entonces, retomar las propuestas que Guayubira hizo en el artículo “Monte indígena: propuestas para su conservación”(3), entre ellas:

– Que el producido de las multas se destine enteramente a financiar equipos estatales de control de tala de montes

– Que se prohíba que las áreas deforestadas ilegalmente se destinen a otro uso que no sea la reforestación con las mismas especies indígenas que fueron erradicadas

– Que se establezcan mecanismos de información al público acerca de las talas autorizadas por el Estado, con detalles completos (establecimiento, empresa, área de corta autorizada) disponibles en la página web del MGAP

– Que se aporte información en la misma página acerca de los criterios utilizados para autorizar cortas

Además, con el avance de las tecnologías de la información y las comunicaciones, hoy es posible pensar en un monitoreo satelital en tiempo real. En la actualidad, no parece difícil implementar un sistema por el cual se pueda controlar satelitalmente si se está talando monte en cualquier punto del territorio del país.

En definitiva, se ha dado un pequeño paso en la dirección correcta, pero falta mucho por hacer.

Grupo Guayubira, noviembre de 2011

Notas:

(1) Tomado de “Ahora las multas por deforestación indiscriminada son una cosa seria” – diario El Observador – Montevideo – 7 de octubre de 2011.

(2) Acceder a “Denuncias de tala de monte indígena” en: http://www.guayubira.org.uy/monte-indigena/denuncias-de-tala-de-monte-indigena/

(3) Acceder al artículo completo en: http://www.guayubira.org.uy/2008/09/monte-indigena-propuestas-para-su-conservacion/

About Grupo Guayubira

El grupo "Guayubira", fue creado en mayo de 1997, para nuclear a personas y organizaciones preocupadas por la conservación del monte indígena y por los impactos socioeconómicos y ambientales del actual modelo de desarrollo forestal impulsado desde el gobierno. El grupo aspira a tener incidencia a nivel nacional y local para implementar medidas que ayuden a la conservación del monte indígena y a modificar el actual modelo insustentable de desarrollo forestal basado en los monocultivos de árboles a gran escala.
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