Por todas las luchas que inspiraron a Ricardo, quienes trabajamos con él y aprendimos de él, quienes lo conocimos y lo quisimos, quienes lo recordamos en su eterna bicicleta, con su infaltable pucho en la mano, con su compromiso y su peculiar humor, optimismo y gusto por la vida, lo recordamos hoy a un año de su fallecimiento. Tenemos el compromiso de continuar su huella profunda en la defensa de los derechos humanos de los pueblos con el sentido amplio de justicia social y justicia ambiental no sólo para las generaciones presentes sino también las futuras, de cuyo derecho a recibir un planeta habitable y solidario somos custodios.
Y el recuerdo de su huella está tan cargado que finalmente se hizo esencia para adoptar la forma de poesía…
Grupo Guayubira, agosto 2012