El 3 de diciembre se conmemora el Día Internacional del No Uso de Agrotóxicos con el objetivo de llamar a la reflexión y toma de conciencia sobre el grave problema social y ambiental generado por la fabricación, uso y disposición final de los agrotóxicos.
En la noche del 2 de diciembre de 1984, una planta de Union Carbide en Bhopal, India, comenzó a filtrar 27 toneladas del gas mortal isocianato de metilo. Ninguno de los sistemas de seguridad diseñados para contener una fuga estaba en funcionamiento y esto permitió que el gas se extendiera por toda la ciudad. Medio millón de personas estuvieron expuestas al gas, de las cuales unas 25 mil murieron. La fecha fue establecida por 400 organizaciones de 60 países recordando a las personas fallecidas a consecuencia de la catástrofe.
Los impactos negativos de la fabricación, distribución, venta y uso de estos venenos son conocidos desde hace décadas. A pesar de ello su utilización sigue en aumento debido a la expansión de monocultivos agrícolas y forestales en gran escala.
Por otro lado, nos encontramos con supuestas soluciones -al uso masivo de agrotóxicos- propuestas por la industria y adaptadas por los gobiernos, como los cultivos transgénicos, de los que se dice utilizarán menos agrotóxicos. Pero esto es mentira, porque estos cultivos terminan demandando un mayor volumen de agrotóxicos a raíz de que las plagas y “malas hierbas” se vuelven resistentes a estos productos, con los consiguientes graves impactos tanto en el ambiente como en la población.
En nuestro país se siembra soja y maíz transgénicos, acompañados por un paquete tecnológico de agrotóxicos y fertilizantes. Después de la eclosión de la soja, el uso de los agrotóxicos se ha incrementado notablemente y actualmente se están utilizando 6,7 litros de venenos por hectárea cultivada, siendo el 40 por ciento de los mismos herbicidas.
Esta forma de producción agrícola constituye, además, una de las causas del cambio climático. Contribuye al aumento de las emisiones provocadas por la quema de combustibles fósiles (petróleo, carbón mineral y gas natural) debido al uso cada vez más intensivo de maquinaria agrícola, de los distintos medios de transporte utilizados para trasladar el grano (especialmente camiones), de los sistemas de riego, etc.
En el año en curso se han presentado casos importantes de contaminación en distintas fuentes de agua, siendo la más trascendente la detectada en la cuenca del Santa Lucía. Si bien es cierto que no se trata de un hecho reciente, lo cierto es que en los últimos años ha habido un aumento en la producción agrícola y forestal que ha contribuido a que esta situación se agudice.
Uno de los contaminantes encontrados es la atrazina -herbicida utilizado en el maíz y el sorgo, cultivos que predominan en la cuenca-, que tiene un período de actividad en el suelo de alrededor de cinco meses. Seguramente que en otras fuentes de agua existen residuos de otros agrotóxicos, especialmente de glifosato, por ser este uno de los herbicidas más usados en Uruguay, tanto en la soja transgénica, como en la forestación.
Recientemente, el vicepresidente Danilo Astori anunció la instalación de una tercera planta de celulosa en el país. “El cambio estructural que viene teniendo el país no tiene retroceso”, manifestó, para luego agregar: “La expansión forestal está muy lejos de haber culminado”.
Estas declaraciones revelan la continuidad de un modelo de producción que solamente beneficia a los grandes capitales, expulsa mano de obra del campo, deja muy poco para el país y requiere el uso masivo de estos venenos.
Cada año en el mundo se intoxican cerca de 3 millones de personas por el uso de agrotóxicos, de ellos más de 220 mil mueren. Esto significa 660 muertes por día, 25 muertes por hora. Un crimen impune y evitable.
Un gran porcentaje de estas víctimas integraban nuestras organizaciones y nuestra obligación es, en su nombre, trabajar para evitar nuevas muertes injustas.
En el marco de este 3 de diciembre, se organizó un foro público con representantes gubernamentales, de la Universidad de la República y de la sociedad civil para reflexionar sobre el tema. Confiamos que las diferentes visiones expresadas extraigamos conclusiones que nos permitan ser más eficaces en nuestra lucha por la salud de los trabajadores y consumidores y por una agricultura racional, sustentable y capaz de preservar el medio ambiente.
Rapal-Uruguay / Rel-UITA / Grupo Guayubira / WRM / Departamento de Salud Laboral del PIT-CNT
———————————————————-
Mensaje difundido en el mes de noviembre de 2013:
Invitamos a participar del foro sobre
Agrotóxicos en Uruguay: sus consecuencias en la salud y el ambiente.
Martes 3 de diciembre – 18:30 horas – EDIFICIO ANEXO de la Facultad de Derecho (UDELAR) – COLONIA 1801 esquina Tristán Narvaja, Montevideo.
Organizan: Rapal-Uruguay / Rel-UITA
Apoyan: Grupo Guayubira / WRM / Departamento de Salud Laboral del PIT-CNT
Participan:
· Inocencio Bertoni,
Director General de Servicios Agrícolas del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca.
· Enrique Viana,
Fiscal en lo civil
· Hugo Bértola,
Productor agroecológico, integrante de la Red de Agroecología
· Pablo Anzalone
Director de la división de salud e higiene de la Intendencia Municipal de Montevideo
· Carlos Anido,
Representante del sector salud laboral del Pit-Cnt
· Gabriel Oyantcabal,
Servicio de Extensión Universitaria
· María Isabel Cárcamo,
Rapal-Uruguay
Modera:
Enildo Iglesias – Rel-UITA