En el marco de este 3 de diciembre, Día mundial del no uso de plaguicidas, compartimos la reciente publicación de la Red por una América Latina Libre de Transgénicos (RAALT):
“Un mal cabalga con el viento. La toxicidad y carcinogenicidad del glifosato”.
El glifosato es el plaguicida más vendido en el mundo. Es un herbicida organofosforado que fue clasificado como un agroquímico de baja peligrosidad.
En marzo del 2015 la Agencia Internacional para Investigación sobre el Cáncer (IARC), organismo dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo reclasificó y ahora lo incluye dentro de la categoría de agroquímicos “probablemente cancerígenos para humanos” (2A), lo que ha generado malestar entre sectores de la industria que se beneficia de su producción y venta.
América del Sur es tal vez la región donde más glifosato se utiliza, sobre todo por su uso en los cultivos transgénicos resistentes a este herbicida, en especial la soja RR, y por lo mismo, es la región que más ha sufrido sus impactos.
En el informe “Un mal cabalga con el viento. La toxicidad y carcinogenicidad del glifosato” se comparte información sobre los estudios de carácter epidemiológico y de genotoxicidad que se han hecho en la región sobre los impactos que ha generado el glifosato en las poblaciones que viven en las zonas de influencia de los cultivos transgénicos con resistencia a glifosato, que sólo en Argentina incluye a unas 12 millones de personas.
Se incluye información sobre otros tipos de investigaciones que dan cuenta de los riesgos de este herbicida en la salud humana y el ambiente, y testimonios de vecinos afectados y médicos rurales que han visto las afectaciones del glifosato en la población.
Con este informe se quiere apoyar las conclusiones del IARC de que el glifosato es un pesticida “probablemente
carcinógeno para el ser humano”, y pedir que se inicie un proceso de erradicación de este herbicida. Pero este agrotóxico, por la extensión de su uso, por el enorme empuje destructor de las empresas que lo producen y comercializan, significa la ruptura de las formas tradicionales de producción agrícola. Podemos afirmar que
es un cáncer para la agroecología.
por Red por una América Latina Libre de Transgénicos (RAALT).
http://www.rallt.org/