En nombre del Asesor Forestal del Proyecto de Celulosa de Botnia en Uruguay, Sr Olav Henriksen, dicha empresa se comunicó pidiendo contactarse con las principales ONGs ambientalistas locales en forma individual.
Los grupos abajo firmantes desean hacer pública la carta abierta con la que respondieron, enfatizando en el hecho de que se han opuesto sistemáticamente al modelo de “desarrollo forestal” impulsado en nuestro país. Este modelo, basado en monocultivos a gran escala de especies exóticas de muy rápido crecimiento está afectando profundamente los principales recursos del país (suelos, agua, flora, fauna) y ha llevado a una creciente concentración y extranjerización de la tierra en amplias zonas del Uruguay.
Además, junto con el “desarrollo forestal” se le prometió a la gente la generación de empleos, lo que se ha demostrado en los hechos que es absolutamente falso. Por un lado, los escasos empleos que se crearon en el sector se hicieron a expensas de los que se perdieron en las actividades que se sustituyeron y por otro lado la forestación genera menos empleos permanentes que la propia ganadería extensiva, considerada hasta ahora la más ineficiente en materia de empleos generados por hectárea.
A esto hay que agregarle que la mayor parte de los empleos generados son de igual o peor calidad (tanto en remuneraciones como en condiciones de trabajo) que los empleos que sustituyó. Trabajo en negro, temporario, itinerante, semi-esclavo, peligroso, con pésimas condiciones de salario, alojamiento, comida y sanidad, son las características comunes en materia de empleo en el sector forestal. En ese contexto importa señalar que la empresa Forestal Oriental (cuyo principal accionista es la empresa Botnia, que quiere instalar una planta de celulosa en Fray Bentos), impide la sindicalización de sus trabajadores.
La instalación de plantas de celulosa es también promovida con el argumento de la generación de empleo. Sin embargo, la realidad muestra la falsedad de ese argumento. Estudios realizados en Chile, donde estas plantas ya llevan muchos años instaladas, demuestran que las fábricas de celulosa han generado pobreza e indigencia en las poblaciones donde se han instalado. Por otra parte, tenemos información reciente de la planta de Arauco cerca de la ciudad de Valdivia, también en Chile, que entró en funcionamiento en febrero de este año con tecnología finlandesa de última generación según sus informes. En tan corto tiempo, esta planta ha sido multada ya dos veces y cerrada una vez a causa de los malos olores que llegan a Valdivia, situada a 54 km de distancia. La tecnología utilizada en esa planta es la misma que las dos empresas que pretenden instalarse en Uruguay promocionan como “limpia”.
A lo anterior se agrega el hecho de la más que probable pérdida de empleos resultante de la instalación de una o dos plantas de celulosa en la zona de Fray Bentos. En efecto, el Balneario Las Cañas atrae a miles de turistas anualmente, que buscan el contacto con el río y la naturaleza. En caso de constatarse “malos olores” como en el caso arriba mencionado de Valdivia, o “accidentes” (que suelen ocurrir en las plantas de celulosa) o el simple conocimiento de la existencia de dos plantas potencialmente contaminantes aguas arriba, los turistas dejarían de llegar, con la consiguiente pérdida de empleos de todos quienes viven directa e indirectamente del turismo (desde los trabajadores de la construcción a los proveedores de viviendas, alimentos y otros servicios). A ello se suman los posibles impactos sobre la pesca y la producción apícola, que también implicarían la pérdida de empleos y medios de subsistencia de la gente local.
El tema de los posibles impactos ambientales no se puede ni debe minimizar como lo intentan hacer permanentemente los técnicos de Botnia y ENCE. Se trata de dos plantas enormes con emisiones líquidas y gaseosas de elementos peligrosos. En cuanto a los efluentes líquidos, ambas empresas se basan en que el gran caudal del río Uruguay diluirá los productos químicos que salgan de sus procesos de tratamiento. Es decir, que reconocen que el agua no saldrá tan pura como pretenden. Pero por otro lado, sus cálculos se basan en el caudal promedio del río y no en el caudal mínimo. Cabe preguntar entonces que hubiera pasado este año, con la enorme bajante del río, si las dos plantas hubieran estado en funcionamiento.
En cuanto a las emisiones atmosféricas, cabe traer a colación el Convenio de Estocolmo que Uruguay acaba de ratificar y que se encuentra en vigencia. En él se plantea la eliminación de los llamados Contaminantes Orgánicos Persistentes, entre los que se encuentran las dioxinas y furanos, contaminentes presentes en las emisiones de estas plantas.
En ese contexto, consideramos que la instalación de una o más fábricas de celulosa en Fray Bentos no cumple con los necesarios requisitos sociales y ambientales por las siguientes razones: contaminación de suelos, agua, y aire, cambios profundos en flora y fauna, pérdida real de puestos de trabajo y exclusión social.
Por todo lo anterior, los abajo firmantes hemos decidido no aceptar la invitación de Botnia a dialogar en forma individual con el Asesor Forestal de su Proyectoen Uruguay y optamos por distribuir esta Carta Abierta en la que expresamos nuestra oposición a plantas de celulosa (tanto finlandesas como españolas o de cualquier otra nacionalidad) que consolidarían el modelo forestal de monocultivos a gran escala con todas las connotaciones que ello tendría.
Por otro lado, planteamos la necesidad de instaurar un gran diálogo nacional en la búsqueda de alternativas social y ambientalmente adecuadas para las plantaciones ya instaladas en el país. Dado que las mismas son el resultado del involuntario apoyo económico que recibieron del pueblo uruguayo (a través de subsidios directos e indirectos), resulta imprescindible que el aspecto central en la búsqueda de alternativas sea la generación de empleos. Bajo este enfoque, resulta claro que las plantas de celulosa no son una alternativa.
Atentamente,
– Grupo Guayubira *
– Redes-Amigos de la Tierra
– Movimiento Mundial por los Bosques
– MOVITDES (Río Negro, Uruguay)
– ASODERN (Soriano, Uruguay)
– Grupo Ecológico de Young (Río Negro, Uruguay)
– Grupo Eco-Tacuarembó (Tacuarembó, Uruguay)
– RAP-AL – Uruguay
– Plenario Intersindical de Trabajadores de Río Negro (Uruguay)
– UITA – Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación
– CIAAE – Centro de Investigación Alternativa en Ambiente y Educación (Montevideo, Uruguay)
– Organización Eco-Indigenista Ahijuna
– Foro Ecologista de Paraná (Entre Ríos, Argentina)
– Ñandubay (Gualeguaychú – Entre Ríos, Argentina)
– S.O.S. Villaguay (Entre Ríos, Argentina)
– Eco Urbano (Paraná – Entre Ríos, Argentina)
– Grupo Santa Elena (Entre Ríos, Argentina)
– Agrupación Federación (Entre Ríos, Argentina)
– Asociación Ambientalista de Colón (Entre Ríos, Argentina)
– Eco La Paz (Entre Ríos, Argentina)
– Ogaratí (Villa Paranacito – Entre Ríos, Argentina)
– Paranaguá (Paraná – Entre Ríos, Argentina)
– A.L.M.A.S. Federación (Entre Ríos, Argentina)
* Línea Verde no adhiere a la no concesión de la entrevista.