El bosque natural
uruguayo: El monte natural constituye un recurso natural renovable que aporta productos (leña, postes, maderas, productos medicinales, etc.) y servicios (regulación de cuencas hídricas, conservación de suelos, refugio de fauna, valor escénico, etc.) a la comunidad. Por consiguiente, resulta importante evaluarlo, tanto cuantitativa como cualitativamente, en su estado actual, así como intentar determinar si a lo largo del tiempo se han producido cambios que lo hayan afectado, no sólo en lo referente a su extensión y calidad, sino incluso en cuanto a su carácter de renovable. Al intentar esta evaluación, surgen de inmediato una serie de limitaciones, que se pueden resumir en las siguientes: 1) Superficie ocupada por montes naturales: las distintas cifras oficiales disponibles difieren entre sí. 2) Superficie ocupada por los distintos tipos de montes (fluviales, asociados a serranías, asociados a arenales, de parque): no existe información. 3) Calidad de los montes (especies predominantes, edad, dimensiones, densidad, régimen, estado sanitario, etc.): no existe información, salvo a nivel de estudios de caso. 4) Producción de madera por hectárea y rapidez de crecimiento: existe muy poca información. 5) Evolución del recurso: no se han encarado estudios históricos sistemáticos y en cuanto a la evolución reciente, sólo existen cifras comparables en los censos agropecuarios y en algunas fotos aéreas. Pese a que intentaremos analizar y sistematizar toda la información disponible, así como aportar nuevos elementos, las limitantes antedichas determinarán que las conclusiones a las que se puede arribar constituyan necesariamente una primera aproximación a la evaluación del recurso. II. AREA CUBIERTA POR MONTES NATURALES. 1. Análisis a nivel nacional y departamental La superficie del territorio ocupada por montes naturales ha sido relevada por tres organismos oficiales: 1) La Dirección Forestal del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (Carta Forestal). 2) La Dirección de Investigaciones Económicas Agropecuarias (DIEA) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (Censos Agropecuarios). 3) La Dirección Nacional de Energía del Ministerio de Industria y Energía (Evaluación de los recursos forestales en el Uruguay). Las cifras totales del área ocupada por montes naturales a las que arriban los tres organismos mencionados son las siguientes: Dirección Forestal...............................596.831
hás. Dado que las tres series de cifras difieren sustancialmente entre sí, adoptaremos el criterio de estudiar cada una de las fuentes por separado, para intentar luego un análisis comparativo que permita extraer conclusiones relativamente firmes acerca de la superficie ocupada por montes naturales. 1.1 La Carta Forestal. La sección cartografía de la Dirección Forestal publicó en 1979 la Primera Carta Forestal (actualizada en 1980), donde la cartografía de los bosques fue elaborada a partir de fotoplanos (1:100.000) del Uruguay, publicados por el Servicio Geográfico Militar, del recubrimiento aerofotogramétrico de los años 1966-67. La superficie boscosa fue medida con planímetro polar de compensación, dividiéndose los montes en "ralos" y "densos". Las cifras así obtenidas fueron agrupadas por departamento, llegándose finalmente al total nacional. En cuanto a los criterios metodológicos, se definió como monte a los casos en que la vegetación arbóreo-arbustiva cubre con sus copas por lo menos el 50 % de la superficie del suelo, lo que promedialmente implica un mínimo de 200 árboles por hectárea. Los montes se clasifican a su vez en densos o ralos según que cubran parcial o totalmente la superficie del suelo. También promedialmente, se estima que cuando el suelo está totalmente cubierto, significa una densidad de 1000 o más árboles por hectárea. El relevamiento no fue total, sino que en el caso del monte ribereño se tomaron sólo los montes de 25 o más metros de ancho y en cuanto al monte serrano, se tomaron superficies mínimas de alrededor de 4 hectáreas. Dado que el relevamiento en base a fotoplanos no fue complementado con estudios de campo, se pueden señalar algunas posibles fuentes de error, tales como incluir como bosque a zonas de esteros aledañas a los montes (hecho comprobable en la barra del Queguay), o a asociaciones serranas arbustivas (romerillo, chirca, etc.), cuya inclusión como monte resulta muy discutible. En el cuadro siguiente se detallan las cifras obtenidas de este relevamiento. CUADRO Nø 1. Bosques naturales por departamento
(1) Fuente: Atlas para la Rep. O. del Uruguay. Raschetti-
Eds. de Montevideo, 1983. En el Cuadro Nø 2 se analiza el porcentaje de bosques naturales en relación con la superficie total de cada departamento, agrupados en orden decreciente de importancia. CUADRO Nø 2 Porcentaje de bosques naturales por departamento
1.2 El censo agropecuario 1980. El censo es elaborado en base a un cuestionario que es completado por el personal interviniente, exclusivamente en base a las declaraciones de los productores. En lo referente a montes naturales, la definición del censo establece que bosques naturales son "todos los bosques que existen en la explotación y que no han sido plantados por el hombre." Es decir, que se parte de las siguientes hipótesis: 1) Que el productor conoce la superficie de su predio ocupada por montes. 2) Que existe consenso acerca de lo que se considera monte natural. Con respecto al primer punto, es indudable que la irregularidad de los montes vuelve muy engorrosa su medición, por lo que, a menos que exista una mensura realizada por un profesional, las estimaciones pueden contener un importante margen de error. En cuanto a la segunda hipótesis, es poco probable que el productor incluya como monte a reas pastoreadas por el ganado, aunque las mismas contengan montes ralos, por lo que estos en general quedarían excluidos del censo. Por otro lado, se incluirían como montes naturales a regeneraciones espontáneas de especies exóticas (pino, fresno, arce, lamo plateado, acacia, espina de Cristo, etc.). Las cifras resultantes del último censo (1980), se presentan en el cuadro Nø 3, mientras que en el Cuadro Nø 4 se ordenan los departamentos según la importancia decreciente del porcentaje de su superficie cubierta por montes naturales. CUADRO Nø 3 Bosques naturales por departamento
(1) Fuente: Atlas para la Rep. O. del Uruguay. CUADRO Nø 4 Porcentaje de bosques naturales por departamento.
1.3 Dirección Nacional de Energía. A solicitud del gobierno de Uruguay, la Fundación de Ciencia, Aplicaciones y Tecnología Espaciales (FUNCATE) de Brasil, en colaboración con técnicos de distintos organismos uruguayos, llevó a cabo un proyecto titulado "Evaluación de los recursos forestales de Uruguay". El principal objetivo del proyecto, realizado en 1985-86, fue "obtener información básica para el desarrollo, promoción y utilización de fuentes alternativas de energía a través del uso de recursos forestales del país." Dicha evaluación se realizó por medio de la interpretación de imágenes del satélite LANDSAT-5, cubriendo al conjunto del país. En lo referente a montes naturales, se establecen las siguientes limitantes: 1) Se analizan los montes de 25 ó m s hectáreas de extensión. 2) Se consideran montes a aquellas reas con un 50 % de cobertura de suelo o una densidad mayor a 200 árboles por hectárea. 3) No se realizaron trabajos complementarios de campo. Las cifras obtenidas se detallan en el Cuadro Nø 5. CUADRO Nø 5, BOSQUES NATURALES POR DEPARTAMENTO,
(1) Fuente: Atlas para la Republica Orienteal
del Uruguay. CUADRO Nø 6. PORCENTAJE DE BOSQUES NATURALES POR DEPARTAMENTO.
1.4 Comparación de las distintas fuentes Las tres series de cifras disponibles muestran que los montes naturales ocupan una superficie que oscila entre un mínimo de casi 400.000 hás. (FUNCATE) y un máximo de unas 600.000 hás. (Dirección Forestal), mientras que el censo agropecuario (1980) releva casi 450.000 hás. Porcentualmente, esto significa que la superficie de montes naturales en relación a la superficie total del país sería de 2,27% (FUNCATE), 2,56% (Censo Agropecuario) ó 3,41% (Dirección Forestal). La comparación y evaluación de las distintas cifras presenta una serie de dificultades y limitaciones debido a: 1) Las fechas de los relevamientos. a) La Dirección Forestal se basa en el relevamiento
aéreo 1966/67. 2) La metodología utilizada. a) La Dirección Forestal realizó mediciones con planímetro
sobre fotos aéreas. 3) Los criterios de inclusión. a) La Dirección Forestal incluye los montes ribereños
de 25 ó m s metros de ancho y los serranos de 4 ó m s hectáreas. 4) Los trabajos complementarios de campo. Ninguna de las tres fuentes incluye trabajos de campo. De lo anterior se desprenden algunas conclusiones, que se pueden resumir en: 1) En el país sólo se han llevado a cabo dos mediciones sobre la superficie ocupada por montes naturales (Dirección Forestal y FUNCATE). 2) Dichas mediciones fueron realizadas con una separación de casi 20 años. 3) Las cifras de los censos agropecuarios se basan en declaraciones de los productores, sin ningún tipo de comprobaciones de campo, por lo que en el caso concreto de los montes naturales no existen elementos suficientes para tomarlas como fuente confiable de información. Sin embargo, resultan muy útiles para analizar la evolución del monte natural, así como para iluminar algunos aspectos oscuros de la comparación entre las cifras de la Dirección Forestal y las de FUNCATE. 4) Dados los criterios de inclusión ya señalados, las cifras de FUNCATE deberían ser en general inferiores a las de la Dirección Forestal, salvo en el caso de que los montes se hubieran incrementado en el período que media entre una y otra medición. 5) Las cifras de la Dirección Forestal constituían la información m s exacta disponible de la superficie cubierta por montes naturales en 1966/67. 6) Debido a la metodología de relevamiento aéreo utilizada por la Dirección Forestal y FUNCATE, es probable que ambas contengan importantes errores en dos departamentos muy urbanizados (Montevideo y Canelones), donde existen numerosas plantaciones de bosques artificiales (muchas veces sustituyendo al monte natural ribereño), así como bosques espontáneos de especies exóticas (fresnos, arces, sauces, lamos, espina de cristo, etc.), casi imposibles de diferenciar del monte indígena sin trabajos complementarios de campo. 7) Los censos agropecuarios muestran que entre 1966 y 1980 el monte natural no ha sufrido modificaciones sustanciales en su extensión e incluso registran un incremento de unas 30.000 hectáreas. Este hecho estaría indicando la posibilidad de comparar las cifras de la Dirección Forestal con las de FUNCATE. A continuación resumimos entonces las cifras por departamento de las distintas fuentes analizadas. CUADRO Nø 7. SUPERFICIE DE MONTES NATURALES: RESUMEN DE LAS DISTINTAS FUENTES.
* rango 1-4: orden decreciente de hás. de monte por departamento. Con el objetivo de simplificar el análisis de las cifras disponibles, en el cuadro siguiente se detallan los valores porcentuales de las distintas fuentes, asignando el valor 100 a las cifras de la Dirección Forestal. CUADRO Nø 8. SUPERFICIE DE MONTES NATURALES POR DEPARTAMENTO.
Se puede observar que se registran variaciones de importancia entre las distintas fuentes, pero sin que resulte posible detectar tendencias definidas en ningún sentido. Sin embargo, es posible detectar algunos errores de medición, a través de la comparación de las distintas cifras con los bosques registrados, por departamento, ante la Dirección Forestal, tal como se detalla en el cuadro Nø 9. CUADRO Nø 9. CUADRO COMPARATIVO DE
BOSQUES REGISTRADOS ANTE LA DIRECCION
Fuente: Dirección Forestal. Registro Nacional de Bosques. Resulta evidente que la superficie de montes naturales por departamento no puede ser nunca inferior a la registrada en la Dirección Forestal. Por consiguiente, se deduce que FUNCATE contiene errores en los siguientes departamentos: 1) Río Negro: 10.400 h s relevadas frente a 30.300 inscriptas. 2) San José: 6.100 h s relevadas frente a 7.300 inscriptas. 3) Soriano: 7.300 h s relevadas frente a 26.000 inscriptas. A su vez, el censo agropecuario 1966 registra los siguientes errores: 1) Canelones: 2.100 hás. relevadas frente a 2.300 inscriptas. 2) Paysandú: 32.500 hás. relevadas frente a 36.600 inscriptas. 3) Río Negro: 23.400 hás. relevadas frentes a 30.300 inscriptas. 4) Soriano: 24.900 hás. relevadas frente a 26.000 inscriptas. En el censo agropecuario 1980 sólo se registra un error en Río Negro (30.000 frente a 30.300 h s). En base a todos estos datos, se intentar ahora arribar a algunas conclusiones aproximadas acerca de la superficie cubierta por montes naturales, partiendo de la hipótesis de que, por la metodología empleada, las cifras de la Dirección Forestal deberían ser siempre superiores a las de FUNCATE. Con este objetivo, la información disponible se puede agrupar de la siguiente manera: 1) Montevideo y Canelones. Como ya se dijo, las cifras para estos dos departamentos resultan poco confiables. Sin embargo, dada su exigua superficie, pensamos que es posible adoptar las cifras de la Dirección (puesto que además se constata un error en el censo agropecuario de 1966), sin que esto incida en el resultado final. 2) Errores constatados en FUNCATE. Son tres los departamentos donde las cifras de FUNCATE resultan inferiores a las de los bosques inscriptos en el registro nacional de bosques: Río Negro, San José y Soriano. En los tres casos se pueden validar las cifras de la Dirección Forestal, puesto que en dos de ellos (Río Negro y Soriano) se constatan errores en el censo agropecuario, mientras que en San José, la superficie relevada por los censos agropecuarios es apenas superior a la de los montes inscriptos. 3) Casos en los que las cifras de la Dirección Forestal no son superiores a las de las demás fuentes: Aquí tenemos cuatro casos: Lavalleja, Maldonado, Rocha y Salto. Este hecho puede tener su explicación en una serie de factores entre los que señalamos: Lavalleja. Este departamento se caracteriza por sus numerosas serranías. Ello dificulta las estimaciones realizadas a partir de fotografías aéreas y m s aún por satélite, debido a la sombra proyectada por las elevaciones, que puede confundirse con montes inexistentes. Por otro lado, en las serranías abundan asociaciones arbustivas (romerillo, chirca, etc.), casi imposibles de diferenciar sin trabajos de campo y cuya inclusión como monte resulta por lo menos muy discutible. Por consiguiente, nos inclinamos por las cifras de la Dirección Forestal. Maldonado. En este caso, las estimaciones de la Dirección Forestal sólo son inferiores a las del censo de 1980 y parece poco probable que el monte haya podido pasar de 15.800 a 25.000 hectáreas durante los 14 años que median entre los censos de 1966 y 1980. A modo de hipótesis se podría pensar que, aplicando estrictamente la definición de monte natural del censo agropecuario, se hayan incluido regeneraciones espontáneas de especies exóticas (pinos, acacias) que, pese a no haber sido plantadas, no pueden ser consideradas como monte natural. O sea, que también aquí optamos por la información de la Dirección Forestal. Rocha. En este departamento abundan los palmares, estimados en casi 67.000 hectáreas por la Dirección Forestal. Dada la definición tan amplia de monte natural adoptada por el censo agropecuario, es muy probable que un cierto número de productores hayan incluido palmares, que son tratados en forma separada por la Dirección Forestal. Por otro lado, FUNCATE no especifica si los palmares fueron incluidos o no como monte natural, aunque aplicando los criterios de densidad y cobertura adoptados, es probable que en sus cifras se incluyan los palmares densos. En base a ello, también aquí se justifica la adopción de las cifras de la Dirección Forestal. Salto. En este caso, entendemos que debe haber habido errores de medición en alguna de las fuentes, puesto que FUNCATE registra un número de hectáreas sensiblemente superior al de la Dirección Forestal, mientras que los censos agropecuarios señalan una disminución de la superficie boscosa. Es de señalar además, que si bien el embalse de Salto Grande no existía en 1966, la Dirección Forestal estimó en 1980 la superficie de bosques que quedaría cubierta por las aguas y redujo la superficie de montes de los departamentos afectados en base a dicha estimación. Sin embargo, pensamos que en este caso podría haber una subevaluación del recurso por parte de la Dirección Forestal. Interesa destacar que en la primera carta forestal (1979) se registraron 56.288 hás. para este departamento, por lo que resulta probable que se haya cometido algún error en la carta de 1980. 4) Los restantes departamentos. Dentro de este grupo, es posible diferenciar dos situaciones diferentes: a) Casos en los que las cifras de la Dirección Forestal
son razonablemente superiores a las de los de FUNCATE: Artigas, Durazno,
Florida, Paysandú y Treinta y Tres. Se opta entonces por la Dirección
Forestal. En el caso de Colonia la situación es distinta, dado que la cifra relevada por FUNCATE resulta apenas superior a la de los bosques inscriptos, lo que parecería indicar un error en esta fuente, por lo que nos inclinaríamos por aceptar las cifras de la Dirección Forestal. Para Flores, tanto FUNCATE como los censos registran cifras muy inferiores a las de la Dirección Forestal, por lo que podría existir una sobre-evaluación por parte de esta última. Finalmente, tanto en Rivera como en Tacuarembó, los censos agropecuarios estarían señalando una posible subevaluación del recurso por parte de FUNCATE, por lo que parecería razonable adoptar las cifras de la Dirección Forestal. En síntesis, entendemos que del conjunto de información disponible se concluye que el relevamiento realizado por la Dirección Forestal constituye la fuente m s confiable de información en cuanto a la superficie total cubierta por montes naturales. Si bien existe un caso de posible subevaluación (Salto) y dos de sobrevaluación (Cerro Largo y Flores), los mismos no modificarían sustancialmente las cifras totales, que oscilarían entre un mínimo de 550.000 y un máximo de 600.000 hás. Si bien la metodología y los criterios adoptados para arribar a esta conclusión resultan muy discutibles, no es menos cierto que la variación de las distintas fuentes de información no admiten aproximaciones m s exactas, particularmente debido a la ausencia de todo tipo de trabajo de campo que permita evaluar la validez de las fuentes disponibles. 2. Análisis por tipos de bosques y zonificación. Como hemos visto, la información disponible se refiere a los montes naturales en general y la discrimina sólo por departamento. En el caso de la Dirección Forestal, la subdivide a su vez en montes ralos y densos. Aún reconociendo la utilidad de dicha información, parecería m s lógico agrupar la superficie boscosa en primer lugar por tipos de montes (ribereño, serrano, de parque), y subdividirla luego por cuencas hidrográficas o serranías. En efecto, tanto las características de los montes (especies, altura, densidad, etc.), como las funciones que cumplen, varían sensiblemente según el tipo de monte de que se trate. Por consiguiente, este tipo de análisis aporta elementos más esclarecedores para la elaboración de políticas generales y particulares con respecto a los montes naturales. Dada la complejidad de dicho estudio, el CIEDUR decidió encarar un trabajo algo más restringido (de Castro, 1990), en el que se delimitan las principales cuencas hidrográficas y una zona de serranías bien definidas a saber (véase Mapa No 1): 1. Cuenca del río Arapey. MAPA Nø 1 DELIMITACIÓN DE CUENCAS HIDROGRÁFICAS Y ZONA SERANA
Metodología: La superficie boscosa se calculó con planímetro polar de compensación a partir de la Carta Forestal Actualizada de 1980. La discriminación entre montes ralos y densos se realizó con los mismos criterios utilizados por la Dirección Forestal. El ancho mínimo de los montes ribereños se estableció en alrededor de 150 metros entre las zonas externas a ambos lados del monte. En los montes serranos, la superficie mínima a considerar se estableció en unas 25 hectáreas. Es decir, que se pretendió llegar a establecer la magnitud de los montes de cierta importancia, que podrían constituirse en recursos explotables sin afectar en demasía sus funciones en materia de conservación. A ello se agregó el aspecto cualitativo referente a su densidad (ralos/densos). Los resultados de las mediciones arrojaron las siguientes cifras: CUADRO Nø 10. SUPERFICIE BOSCOSA DE LAS
PRINCIPALES CUENCAS
CUADRO Nø 11. DENSIDAD DE BOSQUES RIBEREÑOS SERRANOS.
De los cuadros anteriores se pueden extraer las siguientes conclusiones: 1) Se relevaron casi 500.000 hectáreas de bosques de cierta entidad. Si a dicha cifra se le agregasen los bosques no relevados (Cuareim y otros menores) y aquellos que no alcanzan las dimensiones mínimas establecidas para este estudio, seguramente la cifra total oscilaría entre las 550.000 y 600.000 hás. 2) Los bosques ribereños ocupan casi 430.000 hás. (87%) y los serranos 66.000 (13%). Esta última cifra podría resultar algo mayor si se incluyeran otros montes serranos que por dificultades prácticas de individualización fueron incluidos como montes ribereños. 3) El 71% de los montes (353.000 hás) son densos y el 29% (142.000 hás.) son ralos. 4) Los mayores porcentajes de montes ralos se dan en las serranías del Este (93%), en la cuenca del San Salvador (74%) y en el curso inferior del río Negro (49%). 5) Existen muy pocos montes densos en las serranías (4.390 hás.) y el 43% del total de montes ralos son serranos. Serie "Investigaciones" Nº 78 de CIEDUR Diciembre de 1990. |
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